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Las polémicas ventajas del registro maratoniano de Kipchoge

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Keniano Eliud Kipchoge hace historia al bajar el muro de las dos horas en maratón

Eliud Kipchoge rompió este sábado la barrera de las dos horas en maratón, pero lo hizo con numerosas ventajas fuera del reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) por lo que su marca (1:59:40) no será homologada como récord mundial de la distancia. 

«Esto demuestra que ningún ser humano tiene límites», celebró el keniano en meta ya en plena campaña de marketing, la que lanzará la organizadora Nike en los próximos días, mientras el atletismo debatía si lo vivido en el parque Prater de Viena fue una bendición, una maldición u otra cosa.

«Fue una maravilla, disfruté mucho. Me hubiera gustado que fuera en una competición oficial, pero un hombre corriendo un maratón en menos de dos horas sólo puede ser un hito», razonaba Jesús España, uno de los mejores fondistas españoles.

«Tiene mucho mérito, pero ya sabíamos quién es Eliud Kipchoge, el plusmarquista y campeón olímpico de maratón. Fue un espectáculo peligroso. El reglamento está para universalizar el atletismo, que todo el mundo compita en igualdad, y sin él es difícil medir», respondía Ramón Cid, ex seleccionador español.

«Este deporte no es sólo hacer algo, también es saber contarlo. El atletismo necesitaba un hito como el de Kipchoge por todo lo que invirtió la organización en comunicación. El alcance fue increíble», aportaba el velocista Ángel David Rodríguez, capitán de la selección en últimas citas.

Entre todos aquellos que rodean el tartán no había una sola opinión igual, pero la controversia se centraba en cuatro ventajas de Kipchoge. Más allá de temas conocidos como la ausencia de técnicos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en la meta, un requisito indispensable para homologar cualquier récord, pero que podría salvarse con un control sorpresa este mismo domingo, había algunos aspectos del reto en los que era difícil encontrar un argumento común.

SIN RIVALES

Según las normas de la IAAF, para homologar una marca deben participar como mínimo tres corredores con ánimo de ganar la prueba y esta vez Kipchoge estaba solo. «Y eso es preocupante. ¿Queremos deporte u otra cosa? Si todo es rebajar marcas en condiciones beneficiosas, sin competir, pongamos a un velocista con un ventilador detrás en una pista con desnivel. Podría correr los 100 metros más rápido que Usain Bolt. ¿Es eso lo que queremos? Si el año próximo el propio Kipchoge bate el récord del mundo oficial y lo deja en 2:01:00 no tendrá importancia», apuntaba Ramón Cid mientras Ángel David Rodríguez respondía: «El problema es ese: que la competición no siempre es atractiva. El atletismo necesita hitos así para captar a aficionados de fuera. No hubo competición, vale, pero moló mucho».

41 LIEBRES Y UN COCHE

«Para mí, la gran ventaja para Kipchoge fueron las liebres», aportaba Jesús España, excampeón de España y olímpico en Río 2016 en maratón, que añadía: «Me hubiera gustado que hubiera tenido liebres hasta el kilómetro 30 y que a partir de ahí le hubieran dejado solo. Creo que lo hubiera conseguido igual, pero el reto hubiera sido más emocionante». La salida y entrada de hasta 41 liebres en turnos de siete -cinco delante de Kipchoge y dos detrás- fue otro aspecto controvertido de su registro, por estar fuera de las reglas de la IAAF y por la ganancia obtenida. También la cercanía del coche que le marcaba el ritmo, aunque esta vez, al contrario que en el anterior intento hace dos años en Monza, el vehículo mantuvo las distancias y no provocó tanto efecto rebufo.

LA MEDICIÓN

Pero no fueron las únicas. De hecho, hubo un aspecto del reto de Kipchoge en el que se exigía fe: la distancia. Sin el control de ningún organismo oficial, el circuito de 9,6 kilómetros en el parque Prater sólo estaba medido por la propia organización. ¿Corrió realmente 42 kilómetros y 195 metros? «No me gusta ser malpensado, pero con tantísimo dinero de por medio... Para estas cosas están las Federaciones, para que no haya dudas», señalaba Ramón Cid, que, de nuevo, hallaba réplica en Ángel David Rodríguez: «No lo homologaron jueces, pero la organización utilizó su método. No había intención de recortar, sólo había que ver cómo en las curvas Kipchoge no buscaba el camino más corto, siempre se quedaba entre las dos líneas marcadas».

LAS ZAPATILLAS

Y en el cierre de la polémica, la gran ventaja:las zapatillas Vaporfly de Nike. Desde la aparición de la primera versión en 2017, gracias al rebote que provocan, muchos récords de fondo se han ido rebajando, pero la última versión, la Next% utilizada este sábado por Kipchoge, es muy exagerada. A la placa de fibra de carbono conocida se añaden cámaras de aire para hacer del calzado una ayuda tecnológica notable. La IAAF aún no se ha atrevido a legislar sobre ella, aunque en el pasado Mundial de Doha prometió hacerlo. «Lo que te limita en el maratón es el impacto con el suelo y esta zapatilla te ayuda a llegar mucho más entero al final», finalizaba España sobre la controversia del día, del mes y del año.

Fuente: Diario El Mundo España