El tenista británico Andy Murray no lo pasó bien durante el último año. Y es que estuvo severamente lesionado y no pudo competir por casi 12 meses.
De hecho, su último torneo que disputó fue Wimbledon en julio de 2017, certamen en el que perdió en cuartos de final. De ahí tuvo que dejar las pistas por un problema en la cadera, por el cual incluso se tuvo que operar.
A raíz de esto, quien fue el número 1 el 2016, ganador de tres torneos de Grand Slam recién pudo volver a mediados de junio de este año.
Ahora el tenista quiso retomar su nivel y fue a Washington de cara a lo que será el US Open. El británico consiguió meterse en cuartos de final después de superar tres duros escollos. Tanto le costó, que, en el último, ante Marius Copil, terminó llorando desconsoladamente después de llevarse el duelo por 6-7, 6-3 y 7-6 en tres horas de juego.
