Mayweather y McGregor ya saben lo que tienen entre manos: la caja registradora más grande en la historia del boxeo. Esto no lo saben la mayoría de los aficionados que con ansias y bastanta esfuerzo hacen por esperar para presenciar el encuentro que ya ha sido catalogado en varias oportunidades como la pelea del siglo.
De esas hay muchas, el cuadrilátero será quien lo determine, por parte de Mayweather y McGregor está la de entretener y llenar unas expectativas que con tanta habladuría se encargaron de ensanchar.
Criticada por muchos, alabada por otros. El duelo que tendrá lugar en el MGM Grand de Las Vegas va, pese a la negativo de Oscar de La Hoya y tantos más. Los Ángeles, California, al oeste de los Estados Unidos, fue el primer lugar en que Mayweather y McGregor se vieron las caras en el merco del careo. El irlandes llegó primero al escenario: vestido de traje se mostró alivianado, jocoso y animoso con sus fans. Derrochando elegancia, la misma con la que ha roto tanas mandíbulas y narices en el octágono. Más atrás llegó “Money”, con suéter y su típica gorra de plana visera con el TMT de su equipo. Con jeans y zapatos casuales divisó al peleador de MMA y comenzó la contienda que no se lucha en el ring.
“Tiene unos jeans, ya no tiene para vestirse de traje”, encaró primero el irlandés ante el aspecto que más afecta a Floyd, la billetera. “El es un peleador de seis cifras, yo soy de nueve”, respondió ávidamente el estadounidense. Cada comentario exaltado con bulla por la afición presente y Mayweather y McGregor, maestros de ceremonias de lo mediático, estaban siendo amos y señores de su circo. Comentario va, réplica viene y de ahí al cara a cara.
El momento más tenso fue cuando solo la visera separa a Mayweather y McGregor, alguien los separó y terminó el primer pre-round. Toronto tendrá el privilegio de acoger el segundo este miércoles.
