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Cuando se piensa en fútbol mexicano, lo más común es imaginar un pletórico Estadio Azteca con 87 mil gargantas gritando juntas; un increíble apoyo si se juega como local, o por el contrario, el más despiadado ambiente si se está en condición de visitante…

Y si no se trata del 'Coloso de Santa Úrsula', pues entonces podemos pensar en un Olímpico Universitario con más de 70 mil espectadores… Como 56 mil si es el Jalisco, un número cercano a 50 mil en el caso del BBVA Bancomer de Monterrey, el Cuauhtémoc de Puebla o el Akron de Guadalajara, e incluso 42 mil en ‘el Volcán’ de Tigres de Nuevo León…

Lo que definitivamente jamás podríamos concebir, es un partido de la primera división azteca con tan solo 14 aficionados presentes… ¡Pero resulta que eso sucedió, fue en 1948, y hubo un futbolista costarricense en el campo!

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Francisco Rivas, exatacante del CS La Libertad, tenía casi cuatro años de actuar en tierras mexicanas. Primero había jugado para el León de Guanajuato en la temporada de estreno del club en la máxima categoría (1944-1945); debido a su juventud no contó con mayor protagonismo, por lo que pasó a las filas del San Sebastián, un novel equipo guanajuatense de breve permanencia en la división de honor (seis años), del que se convertiría en su goleador histórico tras un lustro de militar en su plantel.

 

El jueves 4 de marzo de 1948 se disputaba la segunda vuelta de la liga azteca. El enorme y novedoso escenario del Estadio de la Ciudad de los Deportes, inaugurado 17 meses antes y con capacidad para cerca de 45 mil aficionados, albergó el duelo nocturno Marte-San Sebastián. La paupérrima participación que estaba teniendo el conjunto ‘marciano’, cuyas últimas cinco derrotas en fila lo ubicaban en el sótano de la tabla, provocó un distanciamiento de su afición, que ya había visto al club finalizar la campaña anterior en esa misma posición -pero no había descenso-...

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De tal forma, esa noche los seguidores del Marte de Ciudad de México simplemente prefirieron no asistir al estadio. Únicamente llegaron 14 espectadores, seguramente los más fieles, quienes en un partido soso alentaron a los suyos hasta conseguir el triunfo por la mínima. El gol conseguido por Beas al 66’ fue suficiente para vencer al cuadro de Francisco ‘Tico’ Rivas, quien constantemente intentó igualar las acciones; aunque no lo logró, se destacó como el mejor de su equipo, tal como lo consignó El Informador de Guadalajara en su crónica del día siguiente: "Hubo dos hombres que se salvaron del naufragio de los dos clubes: Franco del Marte, y Rivas del San Sebastián; los demás, pa'l gato."

 

Y ese fue el atípico encuentro en el que tomó parte nuestro compatriota hace 76 años en el inmenso estadio capitalino, un recinto más recientemente conocido como Estadio Azul, que aquella vez tuvo desocupadas cerca de 44.986 butacas. Es decir, contando únicamente los futbolistas que jugaron, había más gente en el campo que en las gradas, justo como un chiste de Condorito que recordé, y que comparto aquí con el estimable lector de everardoherrera.com… Uno más de los casos curiosos de nuestros 'legionarios'; ¡pura vida!

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* El autor es historiador de fútbol costarricense y responsable de la página de Facebook Gol de Camerino; pronto estará publicando el libro Nuestros primeros legionarios. Futbolistas ticos en el mundo 1875-1990.

** Agradecimiento al historiador mexicano Carlos Méndez por su aporte a este artículo

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