"Los aficionados madridistas se olvidan por unos instantes del asunto de seguridad y respiran hondo desde que conocen por la prensa que Keylor estaba preparado para disputar el clásico. Le consideran el salvador del equipo", así empieza una nota del Diario ABC de España en referencia a Navas.
El portero costarricense jugará su primer partido vestido de merengue contra el Barcelona.
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Nadie esperaba que el guardameta costarricense se convirtiera en un baluarte del conjunto blanco después de haber estado en proceso de traspaso hasta el último minuto del 31 de agosto. No es fácil para un profesional verse fuera de una plantilla a comienzos de temporada y recibir dos días más tarde toda la confianza del entrenador, una vez desecho el fichaje de David de Gea. La clave de esta reacción positiva del portero es que Benítez siempre creyó en él. «Y que Navas tiene una fuerza mental indestructible», afirma el cuadro técnico.
Mañana, «el halcón tico» disputará su primer clásico. Ha sido el mejor jugador del Real Madrid en este primer tercio de la temporada. Ha sido fundamental en los triunfos ante el Celta, el Levante, el Athletic y el PSG, partido en el que mantuvo la portería a cero sin estar físicamente bien y recayó en su sobrecarga muscular. Sin Navas, el Madrid recibió tres goles en Sevilla. Ahora vuelve a la titularidad para asentar la confianza del equipo.
El centroamericano está curtido con su selección en grandes duelos, como los que vivió en el Mundial de Brasil, donde fue elegido el mejor arquero del primer campeonato de selecciones. Es, no obstante, un inexperto en los clásicos. Considerado por muchos el mejor portero del planeta, como se valoró en la Copa del Mundo, mañana vivirá el primer gran examen para refrendar esa condición.
Navas, madridista desde niño
Navas quiso fichar por «el Real» desde que era niño. El 15 de diciembre cumplirá 29 años. A los once, en mayo de 1998, presenció por televisión el esplendor en la hierba del Madrid que conquistó la Séptima. Supo que ese era su equipo. Y su sueño inaccesible. Un sentimiento que creció con la victoria blanca en la Octava, en París, y en la Novena, en Glasgow, a lo largo de cinco años de éxitos. Sería merengue de por vida. Y se entrenaba con una entrega encomiable para llegar a ser profesional en las divisiones inferiores de la Asociación Deportiva Escuela de Fútbol Integral de Pedregoso (ADEFIP), en su ciudad natal, Pérez Zeledón.
Su energía, su personalidad, su rapidez y sus reflejos le permitieron fichar por el Saprissa, club puntero del país, en 2005. Mientras algunos técnicos de las selecciones inferiores de Costa Rica decían a principios de siglo que era muy pequeño para ser el cancerbero, otros entrenadores destacaban su fuerza, su confianza en sí mismo, su velocidad de reacción y su agresividad bajo los palos. Así consiguió la titularidad en el Saprissa hace ahora diez años. Era el primer éxito de una vida muy dura. Sus padres, Freddy Navas y Sandra Gamboa, emigraron a Estados Unidos para ganar plata en 1991, cuando Keylor tenía cuatro añitos. Durante diez años, hasta los catorce, se crió con sus abuelos maternos, Elizabeth Guzmán y Juan Gamboa. «Su cuarto solo tenía unos dos metros cuadrados, hemos pasado una vida muy dura», señalan ambos. Cuando firmó por el Real Madrid les regaló un coche, «un Kia Río».
Su tío Steven Gamboa también vivió la progresión de Keylor, desde las escuelas de Pérez Zelezón hasta el Saprissa, donde ganó seis campeonatos nacionales y la Copa de Campeones de la CONCACAF, hasta que en 2010 fue fichado por el Albacete.
Luis Gabelo Conejo, el arquero costarricense que militó en el conjunto manchego entre 1991 y 1994, fue su valedor. Titular desde su llegada, se marchó cedido al Levante en 2011. Tuvo que ser suplente de Munúa durante ese año por el mero hecho de la antigüedad del uruguayo en la plantilla. Fichado definitivamente en 2012, sus actuaciones comenzaron a desbancar a su rival por el puesto. El momento cumbre de su carrera llegó en la campaña 2013-14. El chico de Pérez Zeledón fue nominado uno de los tres mejores porteros de la Liga, junto a Courtois y Willy Caballero. Sus actuaciones, espectaculares, casi milagrosas, salvaron al Levante y despertaron el interés del Bayern, el Real Madrid y el Manchester United. Keylor refrendó su capacidad en el Mundial de Brasil. El club alemán puso diez millones sobre la mesa. Van Gaal le dijo que se viniera al United. Quico Catalán no cogió el cheque muniqués porque Florentino Pérez ya le había dicho que pagaría la cláusula. El costarricense cumplió el sueño de su vida: el Real Madrid.
Suplente de Casillas en su primera campaña, el centroamericano ha demostrado en la segunda que debería haber jugado antes. Solo ha recibido tres goles en trece partidos. Mañana se examinará ante Messi, Suárez y Neymar.