Algunos futbolistas nacen "tocados por los dioses" y dejan una estela imborrable de su correr por los estadios, especialmente cuando tienen una competición preferida en la cual dejan atrás a cualquier otro rival.
Año 1978. En la familia Klose prevalecían dos temas casi a diario: el deporte; la madre Bárbara había sido seleccionada polaca de balonmano; Josef, el padre, futbolista profesional con destino en ese momento a la segunda división de Francia; la segunda era el orgullo de ser alemanes, aunque nunca habían pisado suelo alemán. Opole, su ciudad natal, había pertenecido a Alemania hasta antes del cambio de fronteras posterior a la Segunda Guerra Mundial. Alemanes nacidos en Polonia.
Por el fútbol, los Klose lograron salir de Polonia en medio régimen comunista y después del paso por Francia, la familia pudo trasladarse a vivir a la patria de sus ancestros.
El pueblito de Blaubach recibió a un pequeño "Miro", de apenas ocho años, que solo sabía decir un par de palabras en correcto alemán, lo cual hizo que su carácter reservado se reforzara con timidez y silencio. Nadie pensaba, ni él incluso, que podría destacar en el fútbol y con solo 20 años, mientras se ganaba la vida como carpintero y jugaba en quinta división del FC Homburg un visor del FC Kaiserslautern detectó el olfato goleador de Miroslav y poco tiempo después debutaba en la Bundesliga. Su corazón no le permitió atender el llamado de la selección polaca y meses después recibiría la convocatoria a la Mannschaft con la que haría historia en los mundiales.
Su perfil callado pero trabajador; su honestidad, humildad y respeto por el rival se pondrían de manifiesto en más de una oportunidad, como cuando le pidió a un árbitro que le anulara un gol por haber sido logrado con la mano en un juego Nápoles vs. Lazio. O, antes, en un Werder Bremen vs. Arminia, le sancionaron un penal a favor tras resbalarse; el polaco-alemán le dijo al árbitro que no era falta, el silbatero mantuvo su decisión, entonces Klose cobró el penalti lanzándolo fuera.
A nivel de clubes, su carrera abarcó equipos importantes siendo el Bayern Múnich el de mayor peso, pero también marcó goles en la Lazio así como en los dos equipos ya mencionados anteriormente.
Empero, su fama y legado histórico los dejaría para la posteridad con la selección alemana. En el equipo teutón disputó 137 partidos, anotando 71 goles; siendo su goleador histórico por encima de estrellas como Gerd Müller, Jürgen Klinsmann, Karl-Heinz Rummenigge, entre otras leyendas. Máximo goleador histórico de los mundiales de fútbol con 16 goles, superando al brasileño Ronaldo Nazario; goleador del Mundial disputado en su patria en 2006 con 5 anotaciones logradas ante los combinados de Costa Rica, Ecuador y Argentina. Campeón del Mundo en Brasil 2014, subcampeón en el 2002 y dos terceros lugares en las Copas del Mundo del 2006 y 2010. Él es el futbolista con mayor número de victorias en copas del mundo, alcanzando 17.
Decidió poner fin a su carrera en 2016 jugando su último partido con la Lazio italiana y dejando tras de sí una carrera con 804 partidos oficiales y 329 goles.
Luego de su retiro, ha querido dedicarse a la dirección técnica para la cual posee licencia Pro de la UEFA; estuvo en el cuerpo técnico de la absoluta alemana al lado de Joachim Löw y en el equipo Sub 17 del Bayern Múnich alemán. Para llegar a la Mannschaft, "Miro" tuvo que realizar un "programa individual de formación como entrenador" después de llegar a un acuerdo con Joachim Löw y Hansi Flick, director deportivo de la DFB.
En 2021 tuvo problemas de salud que casi terminan con su carrera como DT: "Me descubrieron dos trombosis en la pierna. Me recetaron medicamentos y de inmediato recibí medias especiales que ahora tengo que usar durante todo el día. Los médicos me dejaron muy claro que no se debe jugar con esta situación. Por primera vez me han prescrito un reposo casi total. No puedo aguantar un golpe, no puedo trotar, no puedo nadar, pero sobre todo no puedo jugar al fútbol. Casi me vuelvo loco en el campo de entrenamiento. No poder patear o demostrar los ejercicios a los jugadores..."
Actualmente, se encuentra recuperado y presto a iniciar su carrera con técnico en solitario en el equipo Altach de Austria, quien sabe si con el tiempo lo veremos en otro mundial pero dirigiendo a su amada selección alemana.
Antes de su retiro como jugador explicó el mismo de la siguiente manera: "Los jóvenes de ahora piensan en primer lugar en los autos, sobre lo que el patrocinador les da y en las botas con sus nombres. Solo después de estas cosas viene el juego. Para ellos ahora la imagen es más importante. Es por eso que dije basta, porque para mí lo único que importaba era el fútbol en su forma más pura".
Nunca necesitó ser espectacular, ni siquiera vistoso en el terreno de juego para ser recordado como uno de los mejores goleadores cuyo escenario predilecto es aquel que reúne a millones de fanáticos alrededor del mundo. Ahí demostró que su carácter apacible, su humildad y perfil bajo no eran impedimento para ser el mayor goleador de la historia de la Copa del Mundo.
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