El Real Madrid ha tomado una postura bastante particular en relación hacia donde se dirige el futuro del fútbol. Florentino Pérez declaró en varias ocasiones que cree que el deporte está en decadencia y mucho tienen que ver las decisiones que ha tomado la FIFA en el último tiempo, por esa razón quiso impulsar la idea de la Superliga europea.
Al mismo tiempo, el presidente de la institución piensa que los estados se han adueñado de los clubes y eso también daña bastante el fútbol.
Esto lo afirma más que nada por el caso de Kylian Mbappé, porque por más que el Real Madrid ofreció 200 millones de euros por el pase del delantero francés, el PSG rechazó la oferta porque tiene el dinero de todo un país detrás.
Entonces, además de que se inició el debate de si es ético o no que sucedan este tipo de cuestiones, el Real Madrid tomó una postura bastante clara a la hora de incorporar futbolistas en el último tiempo.
En los mercados de pases anteriores, el Real Madrid fichó a dos tipos de futbolistas. Promesas, como son los casos de Vinicius Junior, Rodrygo o, el más reciente, Eduardo Camavinga. Pero también ha contratado a futbolistas de primer nivel como lo son Eden Hazard, Thibaut Courtois y David Alaba.
Sin embargo, en el caso de los belgas, la contratación se dio porque los futbolistas entraban en el último año de contrato y el Chelsea (dueño de sus pases en ese momento) podía perderlos por nada; y el austríaco llegó con el pase en su poder.
Por lo tanto, la nueva política del Real Madrid es esa, esperar a que el jugador quede libre o entre en el último año de contrato. Por supuesto que después si la contratación del futbolista fue positiva o negativa es otra cuestión, pero a partir de ahora, las incorporaciones se van a dar de esta manera. Y la realidad es que esto se trata más de una cuestión política del presidente de la institución, que por una imposibilidad económica del Merengue.
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