La UEFA ha tomado la decisión. Este lunes, el organismo europeo ha informado de la eliminación del Tottenham Hotspur de la Conference League, tras la cancelación del partido frente al Rennes debido a un brote de COVID-19 en el club inglés.
El Comité de Apelación de la UEFA le ha dado por perdido el partido que no se pudo disputar ante el Rennes, por lo que es el Vitesse el que pasa a la siguiente ronda de la Conference League.
El partido estaba programado para jugarse el jueves 9 de diciembre, pero un brote de coronavirus en el Tottenham, que ha afectado a 13 personas entre jugadores y el personal del club, provocó que los 'spurs', finalmente, no pudieran jugar el partido.
A consecuencia de ello, se registrará una derrota por 3-0, lo que se traduce en que el conjunto inglés terminará tercero del Grupo G, con el Rennes como primer clasificado y el Vitesse en segunda posición.
El órgano internacional ha hecho oficial esta decisión a través del siguiente comunicado: "A raíz de varios casos positivos de COVID-19 que se identificaron en jugadores y personal del Tottenham Hotspur FC, el partido de la fase de grupos de la UEFA Europa Conference League 2021-22 entre el Tottenham Hotspur FC y el Stade Rennais FC -programado para jugarse el 9 de diciembre de 2021 en Londres, Reino Unido- no pudo disputarse".
"El Presidente del Comité de Apelación de la UEFA tomó la siguiente decisión: declarar el partido de la fase de grupos de la UEFA Europa Conference League 2021-22 entre el Tottenham Hotspur FC y el Stade Rennais FC, que estaba inicialmente programado para jugarse el 9 de diciembre de 2021, como perdido por el Tottenham Hotspur FC, al que, por lo tanto, se considera que ha perdido el partido 0-3 de acuerdo con el Anexo J.3.1 del Reglamento de la UEFA Europa Conference League (Temporada 2021-22)", añade.
La UEFA canceló el partido y el Rennes se motró indignado
Han pasado diez días desde que la UEFA confirmó y aceptó la decisión de aplazar el encuentro debido al brote de coronavirus en el club británico, una decisión que provocó la disconformidad e indignación del Rennes.
De hecho, los franceses avisaron de que se reservaban "el derecho de acudir a la UEFA" por lo que consideraban una falta de juego limpio, debido a las formas en las que se comunicó el aplazamiento del encuentro, ya que no hubo un anuncio oficial de cancelación.