El Liverpool llegaba a Londres invicto para medirse al West Ham. Tras el tropiezo del Chelsea, un triunfo hubiera colocado al equipo 'red' a solo un punto del liderato, pero los errores a balón parado y el acierto del conjunto 'hammer' hizo que los pupilos de Jürgen Klopp cayeran derrotados por 3-2.
Apoyado por su público, el West Ham arrancó el partido con mucho ímpetu. El mismo, casi de manera inesperada, encontró recompensa a las primeras de cambio, pues tras un saque de esquina Alisson se introdujo el balón en su propia portería. El meta brasileño pidió falta y el VAR revisó durante varios minutos la acción, pero finalmente el tanto subió al marcador.
Lejos de desestabilizar al Liverpool, el cuadro de Jürgen Klopp respondió con seguridad. El conjunto 'red' se adueñó del esférico y, metro a metro, comenzó a empujar al West Ham contra su propia portería hasta que los pupilos de David Moyes vivieron prácticamente de manera constante en su área.
Ese dominio territorial, eso sí, no se transformaba en ocasiones. Solo el empuje de Alexander-Arnold y algún remate de Diogo Jota conseguían inquietar a la zaga local. Sin embargo, el balón rondaba siempre las proximidades del área de los 'hammers', algo que el conjunto londinense pagaría con creces antes del descanso.
Y es que en el minuto 41, una falta muy peligrosa en la media luna fue transformada con maestría por un Alexander-Arnold que, tras combinar en corto con Salah, puso el esférico en la mismísima escuadra para poner el 1-1 en una primera parte que se alargó hasta seis minutos por las interrupciones que hubo.
Pese al dominio del Liverpool, el inicio del segundo tiempo fue todo un 'déjà vu' del primero. Con las pilas cargadas, el West Ham apretó de nuevo durante los primeros compases y, casualmente, estuvo muy cerca de volver a ponerse por delante en una jugada de saque de esquina en la que Dawson, con un gran cabezazo, mandó el esférico al larguero.
Esa oportunidad fue el inicio de unos minutos de pura igualdad en los que ambos equipos daban la sensación de poder marcar en cualquier llegada. Mané, poco después del palo, tuvo una ocasión magnífica para poner el 1-2, pero Fabianski desvió el disparo a quemarropa del atacante senegalés del Liverpool.
El duelo entró superada la hora en un terreno peligroso para el Liverpool, ya que no terminaba de generar ocasiones y tonteaba demasiado en el centro del campo, jugueteando con las pérdidas de balón en zona comprometida. A las espaldas de la zaga 'red' había kilómetros y el West Ham, en un rápido golpe, los aprovechó.
Fue Fornals el que ajustició a Alisson tras aprovechar una galopada y un pase certero de Bowen para poner un 2-1 que, minutos después, se transformaría en 3-1 por mediación de Zouma, que aprovechó el día aciago del Liverpool en la defensa del balón parado para rematar demasiado solo un saque de esquina en el segundo palo.
Con el partido cuesta arriba y sin nada que perder, Klopp quemó naves al meter a Minamino y a un Origi que cazó un rechace para poner en el 83' el 3-2. Con el West Ham totalmente encerrado, el equipo de Merseyside buscó a la desesperada un empate que Mané tuvo en su cabeza en el añadido, pero el '10' falló y certificó la primera derrota del Liverpool en esta Premier League.
Con este resultado, el conjunto 'red' cayó hasta la cuarta posición de la clasificación y se vio superado por un West Ham que, con estos tres puntos, lleva ya 23 unidades en su casillero, es tercero en la tabla y se sitúa a tan solo tres puntos del liderato.