La selección de Brasil visitó a una colista Venezuela este jueves en un nuevo compromiso de eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Catar de 2022. La 'Canarinha' ganó 1-3, pero sufrió de manera desmedida debido al gran papel de su rival, que logró adelantarse en el marcador.
Raphinha, que salió en la segunda mitad, fue el factor diferencial de Tite y desequilibró el choque para remontar el electrónico hasta el 1-2 definitivo que alarga el invicto de la 'Verde-amarela'. Nueve de nueve. Una brutalidad.
Una gesta que se complicó en el primer tiempo. Los chicos de Leo González plantearon un sistema defensivo prácticamente irrompible para su adversario. Presión alta sobre Fabinho y Gerson, que se vieron realmente superados ante el ahogo de su rival.
Este esfuerzo en el barro tuvo su recompensa en zona ofensiva. Soteldo, gran activo de los locales, sacó un centro preciso desde la derecha después de una buena jugada individual para que Erick Ramírez rematara a placer con la cabeza. Era el 11' y Venezuela ya mandaba en el marcador.
Esta diana le dio alas a la 'Vinotinto', que empezó a creerse que podía tumbar a su rival, que solo tuvo una ocasión clara gracias a un rebote de Graterol, pero la suerte le favoreció a los locales hasta el final de la primera mitad. Brasil no supo cómo descoser la zaga.
Todo cambió con Raphinha. El jugador del Leeds United debutó con la elástica de Brasil nada más empezar la segunda mitad. Sustituyó a Everton Ribeiro en la banda derecha y su entrada fue el gran acierto de un Tite que volvió a leer el partido a la perfección.
Pese a que el de 24 años era el que más peligro generaba, sus compañeros no le acompañaron durante gran parte del segundo acto. La 'Canarinha' estaba espesa y echaba en falta a Neymar, para imaginar arriba, y a Casemiro, para poner orden en una medular con demasiados errores no forzados.
El seleccionador brasileño metió toda su artillería en busca del triunfo y en el 70' vio cómo su primera apuesta, Raphinha, le puso un caramelo a Marquinhos al corazón del área. El del Paris Saint-Germain remató con un testarazo un balón llovido para hacer el 1-1.
Y ahí se inició el monopolio brasileño... previo a la polémica. En el 81', el árbitro señaló penalti tras un derribo de Óscar González, muy errático durante el duelo, sobre Gabigol dentro del área. Todo vino precedido por una jugada de Raphinha, que se la puso a Vinicius dentro del área, pero el del Madrid no consiguió atinar y el rebote le cayó al delantero de Flamengo.
No falló Gabigol desde los once metros y Brasil respiró. Venezuela bajó los brazos, sacó bandera blanca y solo esperó hasta el final, cuando Antony, que también se estrenó como internacional, hizo el tercero a placer tras un pase de la muerte. ¿El asistente? La estrella, claro: Raphinha.
