En el fútbol escocés se vivió una patada criminal, que claramente merecía una tarjeta roja, no obstante el árbitro, quien estaba muy cerca de la jugada, de manera increíble nada más mostró tarjeta amarilla.
Jason Talbot, jugador del Levingston, le fue con todo a la cara a Sam Nicholson, del Hearts en un balón disputado en la zona media.
Nicholson, de 19 años, recibió algunas puntadas y salió bastante golpeado.