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Médicos españoles alertan del riesgo de afecciones cardíacas graves en deportistas de élite que hayan pasado la infección de Covi-19. 

La Jefa de Cardiología de la Agencia Española para la protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) prohíbe entrenar hasta un mes después de pasar la enfermedad. 

Aquí la nota sobre este tema presentada por el diario El Confidencial de España:  

Lucas Barrios, aquel versátil delantero de la selección paraguaya que puso en aprietos a España en el Mundial 2010, se contagió dos veces de coronavirus el año pasado. Futbolista de físico potente, milita hoy en el club argentino Gimnasia de La Plata y nunca había presentado un problema cardíaco. Pero el 18 de abril, justo antes del ‘clásico’ contra Estudiantes de La Plata, sintió que no tenía fuerza suficiente en las piernas. Las pruebas médicas detectaron que sufría una miocarditis: “Se decía que los jugadores estaban más protegidos por tener un mejor estado físico, y no es así”, manifestó Barrios; “los clubes tienen que chequear al jugador, como en mi caso, y que vuelva a jugar cuando esté al 100%”. El fútbol latinoamericano viene registrando en los últimos meses diversos casos de jugadores que desarrollan una miocarditis (la inflamación del músculo cardíaco) tras haber dado positivo por coronavirus. Entre ellos hay varios futbolistas muy conocidos en Latinoamérica, como Paulo Díaz y Leonardo Ponzio (River Plate) o Edwin Cardona (Boca Juniors).

  

Tres casos graves en España

En España, bastante antes del episodio de Christian Eriksen en la Eurocopa, hubo tres casos graves en deportistas de alto rendimiento: dos futbolistas y una nadadora. Dos de los tres desarrollaron el peligroso Síndrome de Kawasaki, con un cuadro inflamatorio agudo de consecuencias similares a las de un infarto. El otro salvó la vida gracias a una reanimación inmediata. Araceli Boraita, Jefa de Cardiología en la Agencia Estatal Antidopaje (AEPSAD), se dio cuenta de que los tres casos presentaban un mismo patrón: deportistas jóvenes y sanos cuyos síntomas cardíacos aparecían entre dos y cuatro semanas después de retomar los entrenamientos al acabar la cuarentena. Daba igual, de hecho, que hubiesen padecido síntomas leves, fuertes o casi inexistentes. Entonces tomó una decisión, cuenta en conversación con este periódico: prohibir que retomasen el entrenamiento hasta un mes después de volver a dar negativo. “Y desde entonces no se han vuelto a dar más casos así”.

Boraita compartió entonces con varios colegas argentinos (entre ellos médicos de Boca Juniors y otros clubes) su terapia. “Existe una propensión entre deportistas profesionales jóvenes y atléticos a contraer el coronavirus o cualquier otro tipo de virus”, explica, “puesto que el entrenamiento de alta intensidad disminuye la inmunidad del organismo. Y por supuesto que existe un riesgo de miocarditis o pericarditis; dependiendo de la cepa, hay una tendencia en este nuevo virus de producir inflamaciones del miocardio y del pericardio. Es algo que vimos muy tempranamente el año pasado en las UCIs, con episodios de infartos y tormentas arrítmicas”.

Un tercio de los contagiados

Ha pasado más de un año desde que el British Journal of Sports Medicine alertase del preocupante incremento de afecciones cardíacas en deportistas de alto rendimiento que habían pasado la infección. En las pasadas Navidades, un estudio de la Universidad de Ohio con 26 atletas que tuvieron el coronavirus sin síntomas (o con pocos) concluyó que un 30% de ellos presentaba “daño cardiaco celular” y que un 15% había desarrollado miocarditis. ¿Corren riesgo real los deportistas que han tenido la enfermedad y no acuden a un cardiólogo de forma preventiva antes de regresar al ejercicio de alta intensidad?

Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española de Medicina Deportiva (SEMED), comienza por decir que no se sabe si el percance de Eriksen tiene relación con el coronavirus: “No está confirmado”. “Pero nosotros lo habíamos comunicado ya muchas veces”, afirma el médico; “la primera fue en mayo de 2020, cuando ya salieron publicados algunos estudios que demostraban una importante afección cardíaca, en términos numéricos. No sólo miocarditis; también pericarditis y otro tipo de problemas en deportistas que han pasado la infección, aunque sea de forma asintomática”. En efecto, la SEMED y los Colegios Oficiales de Médicos avisaban ya hace 14 meses de que “se han descrito secuelas cardiológicas tras el contacto con el coronavirus, por lo que se debe efectuar una exploración cardiológica para descartar estos efectos en todos los deportes”. “Se trata de un germen muy maligno”, insiste hoy Manonelles, “con unas consecuencias que no habíamos imaginado, y que afecta también al aparato respiratorio, locomotor o renal. Hay que aumentar las exploraciones cardíacas en deportistas que han pasado la infección. Se están viendo casos ya, en atletas olímpicos y populares que vienen a pasar consulta. Y es importante, porque estas afecciones pueden aparecer incluso en gente asintomática”.

La miocarditis está detrás de una de cada diez muertes súbitas en el deporte de el alto rendimiento. Obliga a unos tiempos de recuperación largos, de tres meses, muy costosos para la industria del fútbol, que sin duda no guardan los futbolistas que han pasado el virus con o sin síntomas evidentes. Para la doctora Boraita, el precepto esencial es que “un deportista joven no debe entrenar hasta cuatro semanas después de la cuarentena. Desde que aplicamos esa regla, no ha habido problemas graves”. “Y eso además de realizar un examen cardiológico profundo y completo tras esas cuatro semanas de margen”, remacha: “Hay que ser muy estrictos con el deporte de alta competición. Y monitorizar siempre el entrenamiento. El problema, claro, es que algunos clubes no hacen caso, hay demasiadas presiones”. Resulta inevitable mencionar el caso de Eriksen a Boraita; ¿pudo tener relación con el coronavirus, pese a que su club y su selección hayan afirmado que ni ha pasado la infección ni recibió vacuna alguna antes del torneo? “No sé, y probablemente nunca sabremos, si fue un infarto por coronavirus o un cuadro de Covid desapercibido. Pero si lo ha pasado, seguro que no esperó un mes antes de volver a entrenar. ¡En la Residencia Blume hemos tenido deportistas que durante el confinamiento entrenaban seis horas en su habitación! Pero claro, tenían mucha exigencia. Hay demasiada presión...”

Fuente: Diario El Confidencial 

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