Su hazaña en el Mundial de Brasil 2014 será imborrable y será reconocido como uno de los técnicos exitosos del fútbol costarricense. Su secreto: la disciplina. Jorge Luis Pinto relató a la revista Kaiser Magazine sobre las claves de su éxito.
Al colombiano se le cataloga como un entrenador severo y de altas exigencias, que, según él, se ha llegado a mal entender, pues solo quiere alcanzar la excelencia.
“Yo soy un hombre de orden, de compromiso y de disciplina normal. Pero mi disciplina es más de ejecución, que el jugador haga las cosas en el entrenamiento de la mejor manera, buscando la excelencia. Lo que a mí más me gusta es la disciplina en la ejecución, que el entrenamiento se desarrolle perfecto”, manifestó.
Esas exigencias aumentaron en los jugadores de la Selección de Costa Rica cuando se conoció el grupo que iba a enfrentar en Brasil 2014 con tres ex campeones del mundo, situación que lo motivó más.
“A mí me encantó el grupo. Era extraordinario para competir y para que nos valoraran como equipo. Me gustó más que nos tocara enfrentarnos a Italia, Uruguay y a Inglaterra que si hubiera sido con otros países”, destacó.
Después de la histórica participación, Pinto no siguió al mando. Algunas diferencias con la Federación Costarricense de Fútbol. Según el estratega, nunca tuvo problemas con los jugadores, uno de ellos, el arquero Keylor Navas.
“Yo no tuve ningún tipo de disputa con Keylor. De alguna manera, a él le molestaba que lo visitasen en la habitación, es un orden de selección para saludarlos y charlar con ellos, indudablemente antes de las 10. Pero disputa con él nunca he tenido ninguna”, afirmó.
Pinto aconseja a Bryan Ruiz y Joel Campbell, quienes cambiaron ahora juegan en el Levante y el Villarreal de la Liga Española.
“A Campbell en el momento en el que lo pongan va a sobresalir. Deberían confiar más en él. Es un jugador de mucho talento. A Bryan Ruiz le falta un poquito de dinámica para el fútbol europeo”.
Seguidor de José Mourinho, enamorado del futbol alemán y de Xavi Hernández. Jorge Luis Pinto será recordado por la afición costarricense, esa que vivió un sueño llamado Brasil 2014.