Entre el 2013 y el 2014 Lionel Messi pasaba por uno de los mejores momentos de su carrera, per además era común verlo vomitar en los terrenos de juego. Esto llamó la atención de especialistas, la prensa, fanáticos y del propio Messi, y su entorno, tanto compañeros, cuerpo técnico, como familiares del 10 de la selección argentina y el Barcelona.
Messi, consciente de que debía tomar cartas en el asunto, recurrió al doctor Giuliano Poser, quien, en declaraciones que reproduce el diario británico The Sun, dio detalles sobre cómo curó al astro rosarino.
El primer diagnóstico fue un cambio rotundo en la dieta de Messi. Se acabaron los alimentos que el cuerpo no tolera bien. Se eliminaron las harinas, levaduras y trigo refinado que se encuentran en la pasta, la pizza y el pan blanco.
El cerdo y la ternera, los huevos, los mariscos y los productos lácteos también quedaron fuera del menú en la revisión de la dieta. La misma suerte corrieron las gaseosas y el alcohol, para que el agua mineral y el mate tomaran más protagonismo.
“Las verduras, las frutas de temporada y una buena agua mineral son combustibles imprescindibles para nuestros músculos. Hay que reducir la ingesta de alimentos procesados o contaminados con pesticidas, herbicidas, antibióticos, medicamentos”, dijo Poser.
Pero la dieta fue sólo el principio del fin del mal de Messi. Poser alentó al goleador a emprender un trabajo emocional, psicoterapia y tomar remedios florales de Bach, ya que el stress produjo reacciones hepáticas en el jugador.
Desde que Messi es capitán, dejó de visitar a Poser y ahora su dieta está en manos de la doctora Maria Antonia Lizarraga Dallo, quien dirige el equipo de nutrición de Barcelona.
“En todo el mundo han visto y ven a Messi, y desde entonces ya no pueden dudar de mi método", sentenció.
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