El equipo del Liverpool sigue en caída en la Premier League y, este jueves, terminó por sufrirlo. Es que Burnley lo superó en Anfield por 0-1 en la jornada 18 del torneo y le cortó el invicto en su recinto, que ostentaba desde 2017. A su vez, los Reds volvieron a pecar por la ineficacia: llevan cuatro partidos sin anotar.
En la primera parte, los dirigidos por Jürgen Klopp tomaron la iniciativa con tal de conseguir la ventaja. Con la recuperación rápida de la pelota como premisa y con el dominio de la pelota marcado, encontraron el arco en varias oportunidades, pero en ninguna culminó en la red.
Este estilo del equipo de Merseyside se fortaleció para la segunda mitad y, con el afán de volver a sumar de a tres después de varios partidos, fueron con insistencia por abrir el marcador. De hecho, el técnico alemán optó por los ingresos de Mohamed Salah y Roberto Firmino en los primeros minutos, pero tampoco fueron una solución.
En el último tramo, los dueños de casa asumieron riesgos, lo que resultó por completo negativo. Esto se debió a que la visita sacó provecho al generar un penal, del cual Ashley Barnes cambió por gol a los 83 minutos.
Ahora, Liverpool ve a distancia la punta del campeonato tras quedar en la cuarta posición con 34 unidades. Este puesto está en riesgo de perderlo, ya que la próxima jornada chocará ante Tottenham Hotspur, que está un punto por debajo.
Cayó largo invicto
El equipo de Jürgen Klopp llevaba 69 partidos sin conocer la derrota en casa.
La gran racha que mantenían los Reds, formada por 55 triunfos y 13 empates, es el segundo mejor invicto como local de la historia de la primera división inglesa. La mejor racha como local todavía pertenece a Chelsea con 86 partidos y que finalizó en octubre de 2008.
El último equipo que había sido capaz de derrotar a Liverpool en su estadio había sido Crystal Palace, el 23 de abril de 2017. En aquel duelo, las Águilas se llevaron el triunfo por 2-1 con un doblete de Christian Benteke.