A pesar de las protestas y los altercados que se han generado en Brasil, tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Militarizada y la Guardia Civil garantizan que los aficionados tendrán tranquilidad mientras se lleve a cabo el torneo.
El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, manifestó su confianza en la seguridad de esta ciudad durante el Mundial 2014 y aseguró que "las fuerzas armadas, la policía militarizada y la guardia municipal garantizarán la tranquilidad de los aficionados que asistan a los partidos".
"La ciudad de Río de Janeiro posee tradición de tener una buena seguridad en los grandes eventos. Nunca tuvimos ningún problema", afirmó Pezao en la inauguración del Centro Abierto de Medios en esta localidad brasileña.
En esta línea, el gobernador hizo hincapié en los avances conseguidos en la pacificación de las favelas, algunas de las cuales se encuentran en zonas turísticas en las que se alojarán futbolistas y periodistas durante el Mundial.
En el mismo acto, el ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, afirmó que el país ha adoptado una serie de medidas estándar, inspiradas en Londres 2012 y Sochi 2014, para garantizar la seguridad de los aficionados y "reducir la exposición al riesgo causado por resentimientos nacionales, étnicos o religiosos".
Rebelo quiso también animar a los turistas a que, a pesar de las dificultades que puedan encontrar durante el Mundial, disfruten de lo que el país ofrece.
El ministro señaló que Brasil no pretende esconder sus problemas y deficiencias y que "no quieren ser vistos mejor de lo que son pero tampoco peor de lo que son".
El titular del Ministerio de Deportes aprovechó la ocasión para disipar las posibles dudas acerca de la presencia de la presidenta brasileña, Dilma Rousseuf, en el partido inaugural del Mundial, al que acudirá en Sao Paulo el próximo día 12.
