El conjunto charrúa acumula en su palmarés dos Mundiales, conseguidos en 1930 y 1950, pero la Celeste lleva en su camiseta un total de 4 estrellas bordadas, y no 2.
El motivo es que Uruguay se atribuye como títulos de campeón del mundo de fútbol las medallas de oro logradas en los Juegos Olímpicos de París 1924 y de Amsterdam 1928, al entender que deben ser considerados como tal ya que por aquel entonces no se disputaba el Mundial de fútbol.
Uruguay habla con orgullo (y no podría ser diferente) de los logros en las Olimpiadas de 1924 y 1928. Precursores de la Copa, fue en los juegos donde se enfrentaron los principales equipos (casi todos). Y hubo unanimidad: el ganador se consagró como campeón del mundo. Por eso, además de los triunfos de 1930 y 1950, Uruguay se adjudica su cuarto campeonato mundial.
- Las ediciones 24 y 28 fueron catalizadores para la creación del Campeonato Mundial, organizado por la FIFA, principalmente con la final sudamericana de 1928 (entre Uruguay y Argentina), que se repitió dos años después. Las otras ediciones del fútbol masculino en los Juegos Olímpicos solo tuvieron equipos europeos, y Uruguay rompe esta lógica, sostenida por el dominio en los campeonatos sudamericanos, dice el historiador y periodista Matías Pinto, de Central 3.
Las marcas de oro en suelo francés, el 24, y el holandés el 28, quedarán expuestas para siempre en uno de los mayores monumentos del fútbol uruguayo. Eso es porque las dos gradas detrás de los goles del Centenario llevan el nombre cariñoso de las ciudades donde Celeste fue campeona en la década de 1920: Colombes y Amsterdam. Para el escritor Eduardo Galeano, en una de sus obras más famosas, "Futebol ao Sol e a Sombra", el hecho de que un sudamericano ganara dos veces en Europa en ese período fue "el segundo descubrimiento de América".
- La multitud principal de Peñarol se llama "Barra Amsterdam", porque siempre que Carbonero jugaba en el campo más grande de Montevideo era el sector donde estaba su multitud - dice Matías.
La FIFA no escapa a la polémica y, desde 2010, reconoce las cuatro estrellas que lleva en el uniforme la Asociación Uruguaya de Fútbol, aunque esta aprobación lleva una especie de asterisco. En el apartado de uniformes de su sitio web oficial, la entidad considera a Uruguay como "cuatro veces campeón del mundo, pero dos veces campeón del mundo", lo que deja la distinción entre torneos entre líneas. En el pequeño país al norte del Río de la Plata, el discurso es para la defensa incondicional del tetra, independientemente de las competencias.
- Uruguay lleva cuatro estrellas en su camiseta, lo que significa que el tema nunca cae en el olvido y los más jóvenes siempre escuchan la historia. Muchos canales o portales internacionales se separan de la Copa 30, pero Uruguay ganó cuatro campeonatos, no necesariamente cuatro copas. Es lo mismo que preguntar si Pelé fue campeón del mundo con Santos o si solo aplica desde 2000 y luego los demás desde 2005, con la salida del Intercontinental y la llegada del Mundial de Clubes. Grêmio, Santos y Flamengo fueron campeones del mundo, pero no ganaron el nuevo torneo de la FIFA. ¿Lo ves? Al final, todo es polémico, pero la historia siempre está presente - defiende Sergio Gorzy, periodista y presentador del Canal 4 de Uruguay, y uno de los fundadores y directores de la Asociación de Investigadores e Historiadores del Fútbol Uruguayo.
Dejando a un lado la burocracia de las nomenclaturas simples, lo que no se puede negar fue la fuerza de la histórica generación celeste que dominó el fútbol de selecciones tres veces seguidas, hasta el punto de ser un foco constante de la búsqueda de entradas para los partidos.
Fuentes de Internet informan que se vendieron más de 300.000 entradas en juegos que involucraron a Uruguay en los Juegos Olímpicos de 1928. La final contra Argentina llevó a 50.000 personas al estadio de Amsterdam. El presidente de la AUF, Atílio Narancio, que hipotecó su propia casa para cubrir los gastos del viaje de los jugadores a Francia, declaró, dada la fama del equipo en el viejo continente, que "ya no somos ese puntito en el mapa mundial".
Para los europeos, la gira charrúa fue aún más humillante porque el país no había pasado por el proceso de profesionalización de su fútbol, que sucedió recién en 1932, siguiendo los pasos de Argentina, que lo hizo en 1931 para evitar el mayor éxodo de deportistas. e instigar a Brasil a aceptar el régimen, oficializado en 1934.
Origen de los mundiales FIFA
Pero, ¿qué llevó a la creación del torneo de fútbol en los Juegos Olímpicos y, en consecuencia, la Copa del Mundo? La FIFA ya había dejado claro a finales de la década de los 10 que quería reunir a los grandes equipos en un solo torneo. La idea fue tomada del campo teórico y sellada por primera vez en 1923.
Tras una reunión en Ginebra, en la sede de la entidad en Suiza, se decretó que la FIFA y la Federación Francesa de Fútbol, ambas presididas por Jules Rimet, organizarían la disputa en Juegos Olímpicos de París y Amsterdam y fases de clasificación. Uruguay, por ejemplo, obtuvo un pasaporte para ganar el Sudamericano de 1923.
La prensa europea destacó, meses antes de que rodara la pelota, que "en unos meses conoceremos al primer campeón mundial de fútbol". El éxito fue tan grande que se hizo inviable no separar las competencias. Así nació el Mundial, ahora independiente, en 1930.
Uruguay ganó sus cinco partidos en París, destacando el 7-0 en el debut ante Yugoslavia, el 5-1 en cuartos de final ante el Francia, y 3-0 en la final ante Suiza. En Amsterdam, hubo cuatro victorias y un empate. La final contra Argentina puso a los favoritos uno al lado del otro, por lo que el equilibrio fue clave en el enfrentamiento. Con el 1-1 en los primeros 90 minutos, haría falta un juego extra para definir al campeón. Y luego Celeste tomó lo mejor al ganar 2-1.