El RB Leipzig sacó a relucir su mejor versión para derrotar en condición de local 3-2 al Real Madrid, que deberá esperar hasta la última fecha de la fase de grupos para certificar el primer lugar del grupo.
Carlo Ancelotti envió al terreno de juego un once formado entre suplentes y titulares, pero una combinación de desconexiones defensivas e intensidad del rival le pasaron factura al cuadro blanco.
El partido apenas arrancaba cuando Courtois ya tenía la primera intervención a un centro peligros de Nkunku que buscaba un pie amigo o del rival que terminara en el fondo de las redes. Sin embargo, la reacción del conjunto merengue llegó cuando iban abajo en el marcador por dos goles.
Al minuto 13, Gvardiol aprovechó un rechace de Courtois a un remate de André Silva en un tiro de esquina para colocar el 1-0 en el RB Arena.
Minutos después una combinación entre Nkunku y Haidara terminó con el remate del delantero galo al lateral de la red. Otro susto para los blancos que se mantenían relajados en el partido. Pero todo cambio al 18', cuando Nkunku recogió un balón suelto en el área merengue y sacara un rapte potente de zurda para poner el 2-0.
Ancelotti hizo un movimiento de posiciones con Nacho, salió como central, y Rüdiger, que era lateral, para intentar darle mayor estabilidad defensiva al equipo. Con el paso de los minutos el equipo madrileño fue tomando mayor control del balón, pero las ideas eran escasas.
El primer aviso del Madrid llegó con un remate de Vinicius al costado del arco del Leipzig, después fue el turno de Rodrygo, pero tampoco tuvo suerte. Por su parte, los locales estuvieron cerca de aumentar el marcador por medio de Szoboszlai.
Antes del descanso, los dirigidos por Carlo Ancelotti lograron recortar distancias. Marco Asensio puso un centro atrás para que Vinicius rematara de cabeza ajustado al palo imposible para Blaswich.
Para la segunda mitad, el Real Madrid arrinconó al Leipzig, que apunta de contragolpes inyectaba miedo a su rival. Los entrenadores fueron moviendo los banquillos que se preveía que llegarían más goles al encuentro.
El Leipzig estuvo cerca del 3-0 con un remate cruzado de Timo Werner y acto seguido eran los blancos que se acercaban al empate con un remate de Vinicius que se fue por poco.
Finalmente los alemanes sentenciaron el duelo con la anotación de Werner, que cerró en el segundo palo un contragolpe conducido por Simakan tras robarle un balón a David Alaba en el 81'. Ya en el cierre del juego Rodrygo puso el 3-2 definitivo con un cobro de penal.
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