Los equipos del Barcelona y Aston Villa llegaron este viernes a un acuerdo para la cesión del brasileño Philippe Coutinho.
En principio, el jugador se va a préstamo por seis meses, pero no es descartable que su marcha sea definitiva a la conclusión de la cesión (hay una opción de compra de 40 millones de euros).
Su nuevo equipo pagará gran parte de la ficha del mediapunta -se estima que el 65%- y ese es un gran logro de Mateu Alemany, que ahora tendrá más margen para inscribir a Ferran Torres.
Coutinho contempla este fichaje como un atajo para reencontrarse con su mejor fútbol. Inglaterra sacó lo mejor de él como futbolista y el ya ex jugador del Barça ha apostado por el campeonato inglés para resucitar, siempre con la mirada puesta en el próximo Mundial de Catar.
El volante llegó al Barcelona en 2018, también en el mercado invernal y como sustituto de Neymar, después de que Barça y Liverpool no hubieran logrado ponerse de acuerdo en los últimos días del mercado de traspasos estival de 2017.
El jugador, que ya tenía experiencia en España de una cesión en el Espanyol, brilló en una primera media temporada que se convirtió a la postre en la mejor como jugador azulgrana. Disputó 22 partidos, hizo nueve goles y dio siete asistencias y brilló con luz propia en encuentros como la final de Copa ante el Sevilla del Wanda Metropolitano.
Su segundo curso fue mucho más decepcionante y culminó además con la catástrofe de Anfield y la final de Copa perdida ante el Valencia en Sevilla. Tras ello, el Barcelona le envió al Bayern de Múnich un año, ya con el objetivo de que el nuevo destino del brasileño fuera permanente, pero los alemanes no ejecutaron la alta opción de compra pactada en su día y volvió a Barcelona.
Lo hizo además con la humillación del 2-8 de Lisboa, un partido en el que el jugador de Río de Janeiro, todavía propiedad del Barça, hizo un doblete a sus ex compañeros para mayor escarnio dentro del peor día de la historia del conjunto 'culé'.
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Amagó con resucitar en el arranque de la pasada campaña con Koeman, pero, como todo su periplo en la Ciudad Condal, se quedó en eso, en un quiero y no puedo. Tampoco en el presente curso pudo acercarse mínimamente al nivel que llegó a mostrar en Anfield a pesar de que tanto Koeman como Xavi le dieron alguna oportunidad.
El Barça de Laporta ha decidido romper de golpe con este nexo con los últimos proyectos de Josep Maria Bartomeu y Philippe Coutinho ha aceptado también recalar en un conjunto menor, aunque igualmente histórico, donde tendrá continuidad y más opciones de brillar.
Refuerza a un equipo que arrancó bien el curso, pero que ha exhibido una irregularidad tremenda en los últimos compases de la temporada. La llegada de Steven Gerrard al banquillo, un bálsamo al principio, no ha terminado de calar y el equipo de Birmingham se encuentra en mitad de la tabla, muy lejos de los puestos que dan acceso a competición europea.
Coutinho vuelve a la Premier League, donde jugó 152 partidos, hizo 41 goles y dio 36 asistencias, aunque, más allá de las cifras, fue protagonista por su imponente fútbol. Deja atrás una Liga Española en la que fue capaz de disputar 92 partidos, en los que logró 21 tantos y dio diez pases de gol. Pero, sobre todo, deja atrás un campeonato en el que todos pensaron que podía ser una de las referencias y lo hace con el regusto amargo de lo que pudo ser y no fue.
