Este sábado el equipo del Liverpool dejó en diez la racha de partidos sin perder del Arsenal. El conjunto 'gunner' no perdía desde el pasado 28 de agosto, cuando sucumbió ante el Manchester City.
Fue un juguete en manos del Liverpool el conjunto de Mikel Arteta, que puede dar gracias a Aaron Ramsdale para no encajar una goleada de escándalo. De no ser por el guardameta, el resultado podía haber sido mucho mayor.
La exhibición del Liverpool fue tal que el marcador se antoja incluso corto. Aparecieron todos, incluído un Alisson que tuvo poco trabajo pero que el que tuvo, lo hizo a la perfección.
Con Oxlade-Chamberlain en el centro y, especialmente, Alexander-Arnold desde la derecha, el cuadro de Klopp tuvo uno de los partidos más placenteros de la temporada.
Desarboló el cuadro 'red' al 'gunner', al que desquició incluso a un Arteta que estuvo a punto de pegarse con Klopp. Pero finalmente apareció la calidad del tridente para dejar los tres puntos en Anfield.
Por la izquierda con Mané, en la más clara que tuvo hasta el momento, por el centro con Jota y por la derecha con Salah, los 'reds' fueron un gigante inabordable.
Mané, de cabeza, aprovechó el centro de Alexander-Arnold. Jota, ya en la segunda mitad, uno de los tantos errores en la salida del balón, y Salah, tras mucho intentarlo, el regalo de Mané.
Y es que si algo demostró el Liverpool es hambre de ir a por más. Pese a tener el resultado a favor, insistió e insistió en la presión y provocó un reguero de pérdidas 'gunners'.
Minamino, menos de un minuto después de entrar al cambio, terminó de sentenciar a un Arsenal que dice adiós a su gran racha triunfal. Queda el Liverpool a la estela de un Chelsea que sigue sin fallar.