La FIFA sigue firme en su idea de jugar mundiales cada dos años y expone a sus confederaciones una propuesta de calendario a partir del año 2026.
El 20 de diciembre se producirá la votación en la FIFA, donde Infantino maneja 166 votos de 211, y una docena de selecciones europeas se plantea dejar el organismo tal y como se publica en un artículo del diario español el Confidencial.
Aquí la nota
Todo saltó por los aires en mayo, el día que la Federación de Fútbol de Arabia Saudí propuso celebrar un Mundial cada dos años. Cuenta alguno de los presentes en la reunión que a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se le iluminó la cara. E, inmediatamente, encargó a su jefe del departamento de desarrollo del fútbol mundial, ese Robespierre del fútbol que es Arsene Wenger, un informe ponderando los beneficios de esa propuesta, al tiempo que le pedía soluciones para resolver el sudoku del calendario. La primera alternativa que encontraron fue colocar los torneos continentales (Eurocopa, Copa América o Copa de Oro) en los años alternos. La segunda, tratar de reducir las fases clasificatorias para poner a los clubes de su parte con una propuesta que les permitiese no perder a sus futbolistas durante 50 días al año.
El próximo 20 de diciembre, la FIFA someterá a votación en su asamblea anual la celebración de los Mundiales cada dos años a partir de 2026. Hoy, Infantino maneja unas previsiones de votos de 166 de los 211 países que conforman el mapa del fútbol mundial. ¿Dónde está el problema? En que las asociaciones más poderosas del fútbol, la UEFA y la CONMEBOL, se han posicionado en contra de esta propuesta. Y aún no han hablado con las grandes ligas, donde alguna como la española ya se ha posicionado en contra por medio de su presidente, Javier Tebas.
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Infantino, sin embargo, tiene claro los puntos débiles que debe atacar para ganarse a los diferentes estamentos del fútbol. Para empezar, propone una reforma de calendario en la que se reduciría el número de ventanas internacionales a dos. Una en octubre y otra en marzo, en lugar del goteo de partidos de selección que hay ahora en el calendario. La otra opción es convertir el mes de octubre en el 'mes de las selecciones' y que en 28 días se jueguen todos los partidos y se quede resuelta la clasificación. A eso, se añadiría la de junio-julio, con las ligas ya acabadas, donde se disputarían, como hasta ahora, las fases finales de Mundiales y demás competiciones. Esta medida rebajaría los compromisos de los futbolistas con sus selecciones de 50 días anuales a poco más de 30, algo que los clubes han recibido con satisfacción. Y, además, se asegura, en la propuesta, que las fases clasificatorias del Mundial no superarían los siete partidos por selección.
Un modelo con más oportunidades
La FIFA, por boca de Wenger, advierte además de que "este modelo ofrece más oportunidades de celebrar y participar en Mundiales a más países. La realidad es que cuando se decidió darle una periodicidad de 4 años, había 40 equipos. Y actualmente hay 211 países adscritos a FIFA". Pero el exentrenador del Arsenal va más allá y apunta al cambio de tendencia en la cultura del ocio de los jóvenes: "Los jugadores quieren participar en partidos significativos, no jugar partidos insignificantes. Si te ofrezco convertirte en campeón mundial, aunque sea por 10 minutos, estarás de acuerdo en jugar por ello. Hay que dar más oportunidades de este tipo porque la percepción del tiempo ha cambiado y la generación más joven quiere entretenerse mucho más". Nunca habrá sido más barato ser campeón del mundo...
Precisamente, este argumento es que el utiliza el exfutbolista Phillip Lahm, que trabaja asociado a UEFA, para rechazar la propuesta del Mundial cada dos años: "A los griegos se les permitió autodenominarse campeones de Europa durante cuatro años, de 2004 a 2008. A los portugueses durante cinco y a los españoles durante ocho. Acelerar el ciclo haría que muchas experiencias y recuerdos fueran intercambiables. Un torneo anual sería como un canal de redes sociales adicional en su teléfono u otra aplicación más. Ser campeón del mundo perdería valor". Otro que se ha posicionado enfrente de la FIFA es un exjugador de Wenger, Thierry Henry, para quien "jugar un Mundial cada dos años es mentalmente difícil". "He jugado siete grandes torneos con Francia y salí de ellos destrozado mentalmente. No es lo mismo jugar con tu club, que representar a tu selección".
La búsqueda de más ingresos
Sin embargo, detrás de todo aparece el motivo real de esta iniciativa: la búsqueda de más ingresos. Generar una nueva competición tendría que generar hipotéticamente más dinero a las arcas de la FIFA en forma de derechos de televisión. Y es aquí donde se desata la lucha fratricida con la UEFA y la CONMEBOL. Los 'broadcasters' y grupos mediáticos ya han advertido de que hay el dinero que hay y, en caso de que aparezcan nuevas competiciones, habrá que redistribuirlo entre todos. Esto ha provocado que en los últimos meses se haya experimentado con nuevas fórmulas con plataformas de pago como Amazon, HBO o Netflix, para venderles los derechos televisivos e incorporar otros compradores potenciales.
La FIFA genera actualmente alrededor de 6.000 millones de dólares en un ciclo de cuatro años en comparación con los 14.000 millones que genera la UEFA gracias a la disputa anual de la Liga de Campeones, modelo que también está amenazado por la aparición de la Superliga que lideran Real Madrid, Barcelona y Juventus. Ceferin y el paraguayo Alejandro Domínguez, presidente de CONMEBOL, se niegan a aceptar la propuesta de Infantino porque eso devaluará sus competiciones continentales y perderán dinero. Además, un calendario con octubre como 'el mes de las selecciones' restringiría el flujo de ingresos del día de partido a un solo período al año, lo que complicaría la estabilidad financiera de muchas federaciones.
La partida que se está jugando estos días entre bastidores definirá el fútbol del futuro y ya hay una docena de selecciones europeas que contemplan su salida de la FIFA si finalmente se produce la aprobación de este nuevo escenario. Las más firmes en este aspecto han sido las selecciones nórdicas. "Si una mayoría en la FIFA decide adoptar la propuesta sobre Copas Mundiales bienal de la FIFA, las asociaciones nórdicas de fútbol deberán considerar más acciones y escenarios que estén más cerca de nuestros valores fundamentales de lo que representa la propuesta actual de la FIFA", señaló una declaración conjunta de Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y las Islas Feroe.
Los países que abandonen la FIFA podrían contar con el respaldo del presidente de la UEFA, que ya ha planteado la posibilidad de que Europa boicotee el Mundial si Infantino impulsa una revisión del calendario de partidos de la selección nacional. España ya ha dejado claro que se alinea en la trinchera de Ceferin y se opone a la disputa bienal de la Copa del Mundo. Y aún está en el aire la disputa de la Copa Mundial de Clubes ampliada, cuyo inicio estaba programado para junio de este año y que fue pospuesto por la pandemia.
Fuente: Diario El Confidencial España