El proyecto de instaurar un Mundial cada dos años, en lugar de cada cuatro como ha sido a lo largo de toda la historia, sigue adelante, impulsado por la FIFA y pese a la oposición de muchos estamentos del mundo del fútbol.
El máximo organismo del fútbol mundial ha plasmado en diversos documentos su proyecto. Y la cadena SER ha desvelado algunas de estas ideas, resumidas gráficamente y con las que la FIFA pretende convencer a sus asociaciones afiliadas de las bondades del proyecto.
En un primer documento, el organismo presidido por Gianni Infantino recoge la propuesta de competiciones para el ciclo de cuatro años que arrancaría en 2025, con la idea de que hubiera un Mundial en 2026 y otro en 2028. El primero de estos cuatro años (2025) se reserva la para la disputa de competiciones de las confederaciones (UEFA, Concacaf, etc.): Eurocopa, Copa América... El segundo año (2026) habría Mundial, el tercero (2027) de nuevo torneos de confederaciones y el cuarto (2028), de nuevo Mundial.
Las diversas fases de clasificación para estos grandes torneos se organizarían de manera distinta a la actual. La idea de FIFA pasa por concentrar los partidos, en número de hasta siete, en el mes de octubre, en un único parón anual. Estos partidos, en una segunda propuesta, podrían ser repartidos en dos parones: uno en octubre y otro en marzo. En el primer año del ciclo de cuatro se disputarían los correspondientes a la fase previa del Mundial y en el segundo año, los de las eliminatorias de las competiciones de cada confederación.
Finalmente, la FIFA respalda su proyecto con un estudio que, según este organismo, demuestra que los jugadores sufrirían un desgaste mucho menor con esta iniciativa. Un desgaste que FIFA calcula en base a los kilómetros recorridos por futbolistas de cada continente.
Así, un futbolista de la Concacaf pasaría de recorrer algo más de 377.000 kilómetros a cubrir menos d ela mitad, algo más de 155.000. Uno de la Confederación Africana pasaría de sobrepasar los 200.000 a no alcanzar los 125.000. Uno de la Conmebol pasaría de 325.000 a 157.000. Un futbolista asiático, de 316.000 a 190.000 y uno de la UEFA, los menos afectados en este aspecto, pasaría de cubrir 40.000 kilómetros a algo más de 38.000.
Fuente: Mundo Deportivo