Luego de brillar en Italia con el Inter de Milán, el delantero belga Romelu Lukaku regresó esta temporada a Inglaterra para jugar con el Chelsea.
Comenzó, de este modo, su segunda etapa en el conjunto inglés tras una primera aventura que no fue del todo buena, pero que le sirvió para aprender. Una época que ahora recuerda de forma positiva.
"Fue doloroso, pero útil, aunque yo diría que más útil porque me dio la mentalidad y el modo de pensar que necesitaba para convertirme en el jugador que soy hoy. El equipo era muy bueno, pero nadie veía el trabajo extra que hacían después de los entrenamientos. Con 18 años, vi de primera mano todos los días lo mucho que los jugadores trabajaban en su oficio", asegura el delantero en el sitio web del Chelsea.
"Fue entonces cuando supe que eso era lo que había que hacer para llegar a ser este tipo de jugador. Me dije a mí mismo: 'Cuando no esté jugando, esto es lo que voy a hacer'. Y básicamente se convirtió en un estilo de vida", continúa.
Ahora ha vuelto al Chelsea, pero antes también pudo hacerlo. "Tuve dos oportunidades para volver, en 2016 y 2017, pero no sucedió por varias razones", explica sobre su regreso a Stamford Bridge.
Más calmado
Lukaku siempre ha sido un jugador impulsivo, con mucho carácter, algo que con el paso del tiempo ha conseguido suavizar. "Estoy mucho más tranquilo. He madurado con la paternidad y estoy más tranquilo. Después de ganar en Italia y saber lo que se necesita para llegar ahí, eso me ha ayudado mucho. En los últimos tres años he podido construir algo que puedo asumir para el resto de mi carrera", afirma en la web del Chelsea.
Fuente: Diario Marca