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Bayern Múnich no tuvo piedad y gana 12-0 en la Copa alemana

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El equipo del Bayern Múnich aplastó este miércoles 0-12 al Bremer SV, de la Quinta División Alemana, en su estreno en el Torneo de Copa. Choupo-Moting figuró con 4 goles. 

En cada minuto del cronómetro y centímetro del césped, el duelo fue un monólogo de los bávaros. Un monólogo esperado. Lo que quizá no entraba en tantos pronósticos era que Julian Nagelsmann ordenara mantener el pie a fondo cuando el pase a la siguiente fase ya estaba cerrado. Para esto, bastó media hora, lo que tardaron en llegar tres goles.

 

Puede que lo hiciera para reabastecerse de moral. Había algunos de sus pupilos que lo necesitaban. Choupo-Moting, normalmente a la sombra de Robert Lewandowski como eterno revulsivo, firmó un póker. Sané, pitado por la afición en el encuentro ante el Köln, se mantuvo en el campo por decisión de su entrenador hasta que vio puerta.

La nómina de anotadores es de peso aunque varios nombres se repitan. En la primera mitad, Choupo-Moting abrió la lata pronto merced a un tiro ajustado a pase de Sané, Musiala dobló distancias tras una combinación de videojuego que él coronó elegante en la definición, Jan-Luca Warm se marcó en propia un balón de Musiala que iba a entrar de todas formas y Choupo-Moting escaló hasta el 'hat trick' primero a portería vacía y, después, rematando de cabeza un mal despeje.

 

En el segundo acto, el joven Tillman robó la cartera a la zaga contraria para superar a Seemann en el uno contra uno, Musiala clavó en la escuadra el séptimo, Sané se reivindicó con el octavo a chut cruzado, Cuisance alojó el noveno gracias a un envío raso de Gnabry, Choupo-Moting campó por la caja rival como quiso para el décimo, Sarr se incorporó para el undécimo y Tolisso pescó un rechace de Gnabry para el duodécimo.

Que el mero relato de los goles sin mayor decoro ocupe de por sí dos párrafos es suficiente evidencia de la dimensión de la goleada del Bayern. Hizo lo que quiso y cuando quiso. Lo espoleó además que el colegiado, en el minuto 76, decidiera expulsar a Nobile por agarrar a Gnabry cuando se dirigía solo a la meta aunque el encuentro llevara un rato cerrado.

De camino al túnel de vestuarios al abrigo de los aplausos de sus hinchas, encarnó por qué el Bremer SV encajó la mayoría de las dianas. Intentó salir desde atrás con el balón jugado siempre. En un principio, esto sentó un precedente valiente que, con el paso del reloj, se trocó en imprudencia. Y los bávaros lo castigaron impasiblemente.

Sin comparecer en la lista de goleadores, brilló en el grupo de Nagelsmann Kimmich, encargado de romper totalmente el esquema rival desde la zona medular con varios pases en largo a las espaldas de unos zagueros que no veían venir tal precisión cuando el 0-0 aún ilusionaba a los espectadores. Poco tardaron los defensas en verse superados.

En resumidas cuentas, el Bayern de Múnich esculpió una victoria sin paliativos, un paseo militar que tendrá sus consecuencias más bien en los siguientes partidos, cuando la plantilla trate de hacer de este resultado el impulso de triunfos más difíciles. Y una redención tras su eliminación la pasada temporada en dieciseisavos, cuyo billete ya mora en sus manos, a manos del humilde Holstein Kiel.

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