Buscar en Google:

El técnico Russo y todos los detalles de su silenciosa salida de Boca

Puede ser una imagen de 1 persona, de pie y césped

La más reciente etapa de Miguel Ángel Russo como técnico de Boca Juniors llegó a su fin. Poco después de su despido ya se había ratificado a su sucesor, el ex jugador Sebastián Battaglia. Muchos en Argentina apuntan a que Russo fue una víctima más del polémico Consejo de Fútbol del xeneize, encabezado por Juan Román Riquelme.

Lo cierto es que Miguel Ángel Russo se fue por la puerta de atrás. Así lo describe el diario Olé de Argentina:

Russo tomó sus cosas y se fue, dolorido pero entero, y con la conciencia tranquila. Subió a su auto y enfiló por la Ruta 9 hacia Rosario, su lugar en el mundo para cuando hay que lamer heridas. Le quedaron reproches en el tintero, se fue con el sabor amargo del que sufre la injusticia, la ingratitud y la falta de respeto en carne propia, pero en silencio, el mismo silencio que eligió sostener aun contra sus propios intereses.

Miguel cometió errores, es propio de los que toman decisiones todo el tiempo, pero está claro que ninguno de ellos justifica el bullying que sufrió, y hubo mucho de eso desde la noche fatídica en Vila Belmiro contra Santos. “Hace mucho que sabemos de este operativo desgaste, todos los días nos operaban”, confiesan en las entrañas del veterano entrenador, que poco a poco se fue resignando a una pelea desigual, con cada día menos herramientas, pero que decidió darla hasta el último suspiro.

Russo vio cómo su continuidad empezó a ser cuestionada, primero tímidamente, después a cielo abierto, desde los medios de comunicación, con información que, supone bien el entorno íntimo de Miguel, salía de las entrañas mismas del Consejo de Fútbol de Boca, que mientras lo velaba desde las sombras, lo apoyaba públicamente, un clásico de la manipulación cruzada.

El error fatal del DT, sin dudas, fue someterse a las decisiones del Consejo, con un silencio tan hermético que pareció puertas para fuera- un aval sin reproches. El entorno del entrenador admiten que Russo debió aceptar decisiones con las que no estaba de acuerdo, como la salida del Pol Fernández, la llegada de algunos jugadores y sugerencias en el armado del equipo, que el Consejo hacía saber, sutilmente, a través de Mariano Herrón, el ayudante que vino a completar el cuerpo técnico de Russo, y que, oh casualidad, continuará en su cargo pese al despido de Miguel, de Somoza y del profe Lanata.

El problema es que Russo no se rebeló, quizá por sobreestimar sus condiciones para dar vuelta la historia. En la última etapa, se aferró a lo que tenía y jugó como podía: a hacerse fuerte en la defensa, el punto alto del equipo que no había sido desmantelado. 

Para Russo, el balance de su ciclo es positivo. Ganó dos títulos, eliminó a River dos veces, hizo debutar a 11 juveniles. Parece mucho y no es poco, aunque la racha final, siendo víctima de ella, también lo desdibuja, porque en definitiva en la lucha de poderes le tocó perder. Y, no era fácil con el enemigo adentro...

 

MÁS INFORMACIÓN

Courtois no entra al equipo belga de todos los tiempos pero si Hazard y De Bruyne

VIDEO: El futbolista peruano Paolo Guerrero sufrió un accidente automovilístico en Brasil

Alonso Martínez: "Mi mayor sueño era llegar a Europa y gracias a Dios se me cumplió"

Santa Lucía vence al Metropolitan y es rival de Saprissa en octavos de final de Liga Concacaf