Este viernes ha comenzado la temporada 2021/2022 de fútbol en España, el torneo que en algún momento se publicitó como "la liga de las estrellas". Tras el fichaje de Messi y Ramos por el PSG, el fútbol en tierras ibéricas inicia una nueva era.
El fútbol español se quedó finalmente sin los dos emblemas que la identificaban, como sucedió desde 2009 hasta 2018 cuando Cristiano Ronaldo respondía con un grito a cada gol de Messi. Eran otros tiempos para La Liga, que ahora debe aprender a vivir sin estrellas deslumbrantes y adaptarse a un nuevo orden mundial.
España está ahora en la retaguardia de los grandes campeonatos europeos en lo que tiene que ver con el poderío económico. Inglaterra, Alemania, Francia e Italia están por delante, cuando en los últimos tiempos miraban con envidia cómo España iba comprando todos los grandes jugadores que aparecían en el horizonte. El Barcelona juntó a Messi, Neymar y Suárez en su delantera y el Madrid presumía de su BBC, con Bale, Benzema y Cristiano.
La situación es tal, que la gran preocupación de la mayoría de clubes españoles es encontrar una fórmula para poder inscribir a los jugadores que han contratado y que no les caben por estar hasta el cuello en el límite salarial.
Hay que mirar cada euro cuando en otros países los derrochan sin reparo. El City ha pagado más de cien millones por Grealish cuando ya tiene una de las plantillas más caras del planeta, y el Chelsea, campeón de Europa, va a superar esta cifra en el fichaje de Romelu Lukaku, porque tenía a Giroud y le parecía poco en la delantera.
La cuestión es que el dominio español en Europa es cosa del pasado. Barcelona y Real Madrid ganaron ocho de las 13 Ligas de Campeones disputadas entre 2005 y 2018. Pero los últimos vencedores han sido el Liverpool, el Bayern y el Chelsea.
Mientras tanto en La Liga, el campeón es el Atlético de Madrid. Y los rojiblancos aspiran a revalidar precisamente el título después de 70 años: algo que hicieron por última vez en 1949-1950 y 1950-1951 después de estrenarse en 1939-1940 y 1940-1941 cuando se denominaba Atlético Aviación.
La figura de Simeone es el hilo conductor del torneo después de su llegada a finales de 2011. El fichaje de De Paul, campeón de América, refuerza a un equipo de autor que sobresale por su competitividad y aguarda paciente el despegue de João Félix. El Atlético dejó de ser un equipo difícil de batir para convertirse en ganador con los goles de Luis Suárez.
Los aficionados jamás pierden la ilusión al inicio de la Liga. El regreso del público a los estadios tras un año de ausencia por la Covid puede que sea el único y el mejor antídoto para vencer el vacío que presenta hoy una Liga pos-Eurocopa y previa al Mundial 2022. Nada mejor que el clamor del campo para combatir el ruido del VAR y el miedo a un torneo sin cartel, de rostro anónimo, de nadie y de todos, sin Messi.
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