Debido a un sufrimiento al que se acostumbró durante toda la temporada, Manchester United no se hizo fuerte en Old Trafford y empató por 3-3 frente a Everton para volver a dejar pasar la chance colocarse en lo más alto de la Premier League.
Todo empezó sobre ruedas para los Red Devils, que se pusieron en ventaja a los 24 minutos con el tanto de cabeza de Edinson Cavani después de un centro al segundo palo que llegó desde la derecha por parte de Marcus Rashford.
Sin embargo, el plato fuerte lo tenía Bruno Fernandes, quien en una de las últimas del primer tiempo se paró fuera del área y, con todo el tiempo del mundo, se sacó un derechazo directo al arco que formó una parábola para que el balón pase por encima del arquero y baje a tiempo para tocar la red.
En la segunda mitad, los Toffees despertaron y rápidamente obtuvieron el descuento por medio de Doucouré, quien capturó un débil desvío al medio que dejó De Gea. Para mejor, los de Ancelotti lo empataron con la zurda de James Rodríguez y un remate de empeine, pero ahí se terminó la ráfaga.
Everton se fue apagando lentamente y eso acrecentó al equipo de Solskjaer, que encontró a los 70' la tercera anotación gracias a Scott McTominay y un cabezazo que Pickford no alcanzó a despejar luego del tiro libre de Luke Shaw.
No obstante, los Toffes lo empataron en la última jugada del partido gracias al gol de Calvert-Lewin, quien aprovechó una sucia jugada en el área después de un centro el cual fue hasta el arquero a buscar y una serie de rebotes favoreció a Everton.
De esta manera, Manchester United no pudo conseguir su segundo triunfo al hilo y la irregularidad continúa siendo una clave para los Red Devils, quienes siguen por detrás de Manchester City.