La Liga de Fútbol Profesional (LFP) de Francia anuló este lunes la subasta de atribución del 80 por ciento de los derechos de retransmisión de la Primera y la Segunda División al no haber recibido ninguna oferta suficiente por la misma.
Según indicaron miembros del Consejo de Administración de la LFP, tres ofertas llegaron a su despacho en la licitación que se cerraba por la mañana, pero ninguna llegaba al mínimo marcado para la atribución.
Según varios medios, Amazon, DAZN y el grupo Discovery pujaron por el lote que dejó vacante el español Mediapro, que en 2018 pagó unos 830 millones de euros por el 80 por ciento de los partidos, pero posteriormente rompió el contrato al considerar que la pandemia hacía imposible rentabilizarlo.
La situación obliga al futbol francés a negociar ahora directamente con otros candidatos para encontrar un canal que compre la mayor parte de sus derechos.
Todos los ojos se centran ahora en Canal+, que históricamente ha retransmitido la liga francesa, pero que había denunciado esta licitación y que no presentó oferta.
La cadena, propiedad del grupo Vivendi, exigía que la LFP debía subastar de nuevo también su lote, dos partidos por cada jornada, por los que pagaba 330 millones de euros, cifra que consideró también sobredimensionada.
La situación mantiene la amenaza sobre el fútbol francés, con varios clubes al borde de la quiebra tras la retirada de Mediapro.
El diario L'Équipe afirma que Canal+ puede presentar una oferta de unos 600 millones de euros por temporada sobre el total de los partidos hasta 2023, la mitad de lo que habían conseguido en su licitación de 2018, gracias a la entrada de Mediapro.
En los próximos días, la LFP deberá tomar una decisión, aunque el horizonte aparece oscuro en vísperas de un clásico, el Marsella-PSG que se jugará el próximo domingo a puerta cerrada por la pandemia y que nadie sabe quien retransmitirá.
La situación es tensa. Un informe de la LFP estima que, a finales de temporada, los clubes franceses pueden perder unos 1.300 millones de euros entre los daños ligados a la pandemia y la crisis de los derechos televisivos.