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TIENE 33 AÑOS, 6 HIJOS Y JUEGA EN LA TERCERA DIVISIÓN DE HOLANDA

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Seguro que los aficionados del fútbol, y más concretamente del Real Madrid, se acuerdan de aquel holandés con rastas y un estilo peculiar que apuntaba a estrella mundial, pero que solo dejó un destello. Su golazo contra el Sevilla en la Supercopa de España. Sí, estamos hablando del gran Royston Drenthe. Ese extremo o lateral ofensivo que disfrutó más de la capital que del club que representaba en ese momento y que ahora, a sus 33 años, tiene seis hijos, cinco madrileños y uno alicantino, juega en Tercera División holandesa y compagina su faceta de futbolista con la de actor estando presente en una serie holandesa. Todo ello sin el éxito que prometía en su llegada a la capital.

El holandés tuvo que crecer como jugador en Holanda después de una infancia compicada. "A mi padre lo mataron cuando yo tenía 3 años. Lo asesinaron en la calle. Mi madre me lo ocultó durante bastante tiempo para protegerme", dijo. "Yo soy de las calles de Rotterdam y ahí hay que ser un tipo duro. Yo soy un hombre desde muy pequeño", explicaba. El fútbol fue su mejor manera de desconectar y fue creciendo a pasos agigantados. Se convirtió rápidamente en una de las sensaciones de la Eredivisie y la gran esperanza holandesa. Su habilidad con el balón, desborde, velocidad, golpeo, un jugador eléctrico, hizo que no solo el Real Madrid se interesara en su contratación. Hasta el mismísimo Joan Laporta llamó a su puerta. "Escuché que 16 clubes estaban interesados en mí. Hablé con el presidente de Barcelona, Joan Laporta, y con Pedja Mijatovic, director deportivo del Real Madrid. Sentía como si hubiera conocido a casi todos los directivos de alto rango de todos los clubes. La mayoría de ellos me ofrecieron un contrato de cinco años con más o menos las mismas condiciones", contaba.

Del cielo al infierno en el Real Madrid

Y es que Drenthe a los 20 años ya era un fijo en selección holandesa en categorías inferiores. Fue el más destacado de la Eurocopa Sub-21 en el 2007 y después en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Después de aquel gran Europeo sub 21, Drenthe tuvo que decidir su próximo paso, y lo tenía bastante claro. "Tan pronto como escuché que el Real Madrid estaba interesado, me decidí. Cuando era niño, estaba fascinado por todo lo que rodeaba al club. El glamour que rodea al Madrid, como el que ves en la película 'Goal!', era algo de lo que realmente quería ser parte", explicaba. "Inmediatamente me sentí como en casa. Todos me dieron una cálida bienvenida. Guti se portó genial conmigo de inmediato, y él era una leyenda del Madrid".

Drenthe tocó el cielo en su llegada con su brutal gol frente al Sevilla en la Supercopa de España, sin embargo su estrella se fue apagando muy rápidamente. No pudo destacar en sus primeros años y su tiempo se acababa. El holandés se preparó al máximo para la temporada 2009/10. Pero sus esperanzas se frenaron en seco. "Aquel año creía que me podía comer a los rivales. Pensaba que jugaría todos los partidos. No había ninguna razón para sacarme del equipo, pero tenía que jugar Marcelo. Valdano probablemente estaba más emocionado con Marcelo", apuntaba.

Su salida del Madrid llegaría en verano de 2010: "Mourinho me empezó diciendo que me darían minutos, pero al final dijo que Valdano había indicado que sería mejor para mí salir cedido. Le mencioné a Valdano lo que José me había dicho, pero se tomó la decisión. Tuve que ser cedido", dijo sobre su marcha al Hércules. "El día del cierre del mercado Mourinho me llama y me dice que me tengo que ir. Tenía menos de 24 horas para elegir un equipo", confesaba.

En el Hércules también empezó con buen pie, pero todo cambió con los problemas con la directiva y el nuevo entrenador, Miroslav Djukic. "En el Hércules nos dejaron de pagar y dejé de ir a entrenarme. Entonces me llamó Mourinho y me echó una bronca tremenda. Que yo era jugador del Real Madrid y no podía hacer eso, me dijo. Pero joder, habría que verle a él si no le pagaban", se defendía el jugador holandés. "La culpa del descenso del Hércules la tuvo la directiva, que despidió a Esteban Vigo, era un entrenador magnífico. Trajeron a Djukic, que sólo le preocupaba entrar en el vestuario para enseñarnos sus abdominales. Todavía se creía futbolista el tío", recordaba.

La 'mala' vida en Madrid

Madrid ciudad no ayudó precisamente a Drenthe a sacar todo su potencial en el terreno de juego. Donde si sacaba lo mejor de sí era en otros lugares. Siempre acompañado del mejor en estos casos. Otra estrella estrellada como Robinho. "Desarrollé un buen vínculo con Robinho poco después de mi llegada. A veces iba a su casa, donde había convertido su sótano en un miniclub nocturno", cuenta sobre sus primeros meses en Madrid.

"Madrid es una ciudad muy guapa, hay muchos restaurantes, hay mucha fiesta, chicas muy bonitas... Y tú eres joven, jugador del Madrid. Son muchas las tentaciones que te ponen delante", esas tentaciones que no pudo evitar. El propio Drenthe contaba una anécdota con dos chicas que no salió como él esperaba. "Me fui con un amigo al casino y se acercaron dos chicas muy guapas. El caso es que nos fuimos a un hotel los cuatro y lo pasamos genial. Al terminar llegó el problema. Nos pidieron mil euros a cada uno. Yo no tenía ni idea de que había que pagar". Madrid le estaba dando la bienvenida por todo lo alto. El holandés salía prácticamente todas las noches. El Buddha como lugar estrella y allí se desmadraba.

Tras pasar por el club alicantino y otra cesión al Everton, en 2012 se marchó definitivamente del Madrid: "Hubo bastante interés de otros clubes, pero el Madrid todavía estaba en mi cabeza y era difícil dejarlo, comparaba a todos los otros equipos con ellos. Lo tenía todo en Madrid, incluida mi casa. Fue difícil dejarlo atrás", dijo sobre aquella difícil decisión.

Su nueva vida

El jugador holandés dejaba de su etapa en España y se centró en su lado más familiar. "Mis hijas son madrileñas y mi hijo alicantino. Yo, cuando voy a España, no me siento de vacaciones. Me siento en casa", explica. En el lado deportivo tras su salida del Hércules fue dando bandazos hasta que logró centrarse y recuperar su felicidad. Everton, Alaniya Vladikavkaz, Reading, Sheffield, Kayseri y BaniYas hasta que en 2016 decidió retirarse del fútbol. 

Sin embargo, en 2018 volvió a ser noticia tras darse una nueva oportunidad con el fútbol, fichó por el Sparta de Rotterdam y recuperó la sonrisa. “Es mi ángel salvador”, dijo Drenthe durante su presentación. Estuvo una temporada y el año pasado fichó por el Kozakken, equipo de Tercera División holandesa. “Físicamente estoy a punto, a pesar de que me estoy haciendo mayor”. Estas palabras son de Royston Drenthe después de anunciar en abril su renovación hasta 2021 con el Kozakken Boys. "Me siento cómodo en este equipo. Es un ambiente agradable con gente agradable y un buen grupo de jugadores", declaró. "Estoy tranquilo. La gente tiene que saber que esto ya no es como cuando fiché por el Madrid. Ahora soy padre. Tengo cinco hijas y un hijo. El chico tiene ocho años ahora y está feliz de volver a ver a su padre jugando como profesional" contó Drenthe. Por ahora se encuentra recuperándose físicamente y todavía no ha jugado esta temporada, pero tanto el Kozzaken Boys este año como el Sparta de Rotterdam han servido a Drenthe como un bálsamo y una nueva oportunidad para crecer como persona, porque hay que recordar que todavía tiene 33 años.

En la actualidad se ha convertido en una persona multidisciplinar. Futbolista, rapero, propietario de un bar, una perfumería y un gimnasio y, lo más sorprendente quizás, actor. El holandés participa en la serie Mocro Maffia, popular serie de su país sobre organizaciones criminales especializadas en el tráfico de cocaína. Drenthe tiene claro que está centrado, no es el joven e inexperto que llegó al Real Madrid y quiere aprovechar su vida al máximo haciendo lo que más le gusta sin mayores complicaciones y presiones.

 

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