Actualmente la tecnología permite medir, cuantificar y analizar las intervenciones de los guardametas, cosa que repercute en su mejor preparación física, técnica y táctica.
El minucioso estudio previo de los rivales, además, les permite una mayor anticipación en el terreno de juego.
Si por una pirueta espacio-temporal al estilo de ‘Regreso al futuro’, porteros míticos de los años se vieran jugando un partido en la actualidad, lo más probable es que anduvieran un poco perdidos. Sin duda, la premisa número uno sigue siendo evitar que los remates se conviertan en goles, y esta habilidad la tendrían de sobras. Pero hay muchos otros conceptos que han evolucionado de tal manera que necesitarían un cierto periodo de adaptación: el juego posicional fuera del área, la salida en corto con balón, el estudio del rival, la colocación ante centros laterales.
El fútbol está en constante cambio y esto afecta a todas las posiciones sobre el campo, pero quizás es la portería la que refleja un mayor progreso, sobre todo gracias a la aplicación de la tecnología.
Además de todo el desarrollo que ha experimentado la preparación física, que posibilita trabajar movimientos muy concretos y controlar al milímetro la condición física de cada jugador, la aparición de plataformas como Mediacoach, desarrollada por La Liga española, ha permitido a los entrenadores disponer de inmensidad de datos para analizar.
Una información que, bien filtrada, está sirviendo para mejorar la metodología de los entrenamientos, el trabajo técnico-táctico y el análisis del rival antes de un partido. Y esto, para una figura tan especializada como el portero y que depende tanto de pequeños detalles, resulta de gran utilidad.
De hecho, si en un lanzamiento de un penalti, antes los guardametas se servían de su ‘sexto sentido’ para adivinar el lado al que tirarse, ahora tienen en la cabeza toda una serie de estadísticas que les ayudan a escoger con mayor conocimiento de causa. Uno de los grandes cambios, por lo tanto, ha venido de la información de la que dispone un portero durante un partido, que le permite anticiparse y tomar decisiones de una manera más fundamentada. Es cierto, no obstante, que los delanteros también han estudiado los hábitos de su rival, así que llega un punto en el que el nivel de información se iguala y entran en juego otras habilidades, como el talento individual, el conocimiento del juego y la sangre fría. Esto es fútbol, al fin y al cabo.
Un tratamiento especial
Mediacoach es la herramienta de estadística y videoanálisis que utilizan todos los clubes de La Liga en España 2009-2010. Y aunque comenzó muy centrada en los jugadores de campo, luego se dio cuenta de la necesidad de tratar al portero de una manera especial.
“Ahora ya tiene sus propias variables, con datos específicos sobre paradas, porcentaje de acierto respecto a los remates, desplazamientos laterales, salidas de puños… Además, como novedad hemos incorporado una cámara específica para el seguimiento del portero, cosa que es muy útil a nivel de ajustar la posición mientras el equipo ataca, las salida ante un contraataque rival, la posición bajo los palos, el ángulo de salida ante un remate o el juego con los pies”, resume Roberto López del Campo, coordinador del Proyecto Mediacoach y del Área de Investigación Deportiva de La Liga española.
Los equipos tienen acceso a esta herramienta ‘on line’. Durante la semana previa al partido, los entrenadores de porteros –y sus analistas– reciben métricas relacionadas con el propio portero, pero también todos los datos relativos a las líneas ofensivas del equipo rival, como las preferencias de los delanteros a la hora de chutar, sus jugadas a balón parado, la dirección más habitual en el lanzamiento de los córners… Al mismo tiempo, también obtienen información sobre el portero rival, para así poder analizar sus puntos débiles. Todo esto se completa con una plataforma digital que les permite recibir datos a tiempo real mientras se está jugando el encuentro, para corregir aspectos concretos sobre la marcha. “Pueden incluso programar alertas, de tal manera que les salte un aviso cuando su portero falle en tres salidas de córner, por ejemplo”, detalla López del Campo, que revela que también pueden seguir el partido mediante una cámara cenital, “muy útil para aspectos técnico-tácticos”.
Apenas media hora después de la finalización del partido, el cuerpo técnico recibe un aluvión de datos relativos a la actuación del portero, que permiten “explicar los porqués de las cosas que han sucedido en el terreno de juego”. El coordinador del Proyecto Mediacoach explica que gracias a la combinación de ‘big data’ y ‘machine learning’, un algoritmo es capaz de determinar las expectativas de éxito de cada remate y, por lo tanto, valorar la actuación del guardameta en base a la dificultad de la parada: “Es lo que se conoce como el ‘expected goal on target’, y sirve para determinar la calidad del remate y, en base a ello, si el portero ha estado por encima de los esperado –ha parado balones cercanos a ser imparables– o por debajo, fallando en situaciones que eran asequibles”. Es decir, ya no sirve de nada que un portero sea un ‘palomitero’, porque las tecnologías digitales no se dejan deslumbrar por la plasticidad de una parada, sino por su eficacia.
Reflejo en el terreno de juego
La enorme cantidad de datos que recibe un cuerpo técnico no son, en sí mismos, ninguna garantía de nada. La clave está en saberlos analizar bien, filtrarlos y reconvertirlos en indicaciones precisas durante los entrenamientos.
Por ejemplo, el posicionamiento bajo los palos, la distancia entre líneas, la salida del balón en largo y en corto, la vigilancia del rival en el lado contrario del ataque, la comunicación con los compañeros.
Fuente: elperiodico.com