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La posesión del balón, ¿es la gran verdad del fútbol?

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Un artículo publicado en el Nuevo Herald habla sobre la posesión del balón en el fútbol. Si bien es cierto es algo en lo que trabajan todos los entrenadores no es determinante. 

Aquí la nota 

La posesión del balón es una gran verdad, aunque también es cierto que con eso no alcanza. No basta con tener la pelota, hay que hacer goles y existen muchas maneras de hacerlos. Hay que intentarlo una y otra vez porque hoy los defensores y las líneas defensivas son cada vez mejores y cuesta muchísimo romperlas.

No se puede confundir al prójimo. Tener la posesión del esférico está al alcance de muy pocos. Solo los elegidos son capaces de apoderarse del balón la mayor parte del partido. Se necesita mucha calidad y mucho trabajo para conseguirlo.

E indudablemente tener el balón es una gran ventaja, ya que el que no lo tiene no puede hacer goles y el que lo tiene puede, al menos, intentarlo en cualquier momento. Además el que no tiene el balón se cansa mucho más que el que lo tiene.

Otra cosa es que se toque innecesariamente para atrás o para el lado cuando se puede crear mucho más peligro con un pase filtrado hacia delante.

Nada de eso está reñido con las transiciones rápidas o el juego directo y luego, si está ganando por más de dos goles, es muy ventajoso el poder hacer posesiones largas para prortegerlo y para que el rival no pueda hacer daño.

El control de la pelota en su campo no debería contar en esta estadisticas y el pase atrás debería ser un recurso aislado, no la norma.

Sobran dedos de las manos los equipos selecciones que son capaces de monopolizar el balón y se desbordan los que aguantan atrás y basan su sobrevivencia en un golpe de suerte al contragolpe. Esto está inventado hace mucho, los buenos tienen la pelota y el resto usa su única arma: la defensa.

Algunos como Italia o Rusia han ganado así, pero de esos nadie se acuerda y por regla general al final están condenados al fracaso. Si fuera por juego directo a los jugadores de Inglaterra no le cabrían las estrellas en el pecho.

En el fútbol nada es único. Para ganar hay que atacar bien, pero también hay que defender mejor, y es un cuento eso de vamos a regalarle la pelota al rival para luego contragolpearlo. El que hace eso no juega, sufre y a la larga pierde porque el otro tiene más chance de golpearle.

Pelear a la riposta es un arte al alcance de muy pocos y significa tirar cuando el otro inicie el ataque o falla un golpe. Ponerse las manos en la cara y tirar de vez en cuando es otra cosa.

España fracasó en cuartos porque le faltó buscar mejor los espacios para fabricar los goles, y porque Rusia estuvo mejor en los penales, porque no perdió. Brasil igual fue mejor que Bélgica y mereció mejor suerte. Por su juego fueron las dos mejores selecciones del Mundial.

Argentina, a pesar de Sampaoli y su juego caótico, fue un equipo dominador y si no tuvo mejor suerte fue porque lo tocó enfrentar al subcampeón antes de caer eliminado por el campeón.

Esta claro que este juego se gana haciendo goles y la posesión, aunque no garantiza nada, ayuda a ello.

Lo ocurrido con ellas fue una desgracia para el fútbol porque ahora han salido los resultadistas, algunos de ellos entrenadores de renombre, a criticar la tenencia del balón y a justificar el pelotazo, pero por suerte todo es cíclico y pronto valedores del fútbol recuperarán su esencia.

Fuente: El Nuevo Herald