José Mourinho fue expulsado por segunda vez en lo que va de campaña en la Liga Inglesa debido a una contundente queja en el encuentro del Manchester United ante el West Ham. Con empate a uno en Old Trafford y sin llega todavía a la media hora de juego, el árbitro mostró una tarjeta amarilla a Paul Pogba en una jugada que interpretó como un piscinazo.
José Mourinho no ha podido evitar protestar al árbitro, e inclusive ha llegado a patear con contundencia una botella de agua que se encontraba en el suelo. El colegiado le vio y le mandó a la grada, algo que ocurre por segunda vez este curso, después de la expulsión sufrida en el encuentro frente al Burnley.