Todo el mundo recuerda a Paolo Rossi como el máximo goleador y la figura decisiva de la Italia campeona del mundo en España 1982.
Su sonrisa tímida, sus goles llenos de oportunismo y su historia de redención quedaron tatuados en la memoria del fútbol. Pero detrás del ídolo hubo un camino lleno de sombras, dudas, polémicas y un drama personal que casi lo deja fuera del deporte para siempre.
El escándalo que casi lo destruye
En 1980, mientras jugaba con el Perugia, Rossi fue salpicado por el escándalo de amaño de partidos conocido como “Totonero”.
Aunque siempre negó haber participado en apuestas o arreglos, la justicia deportiva lo encontró culpable de omisión de denuncia.
• Sanción inicial: 3 años sin jugar
• Reducción posterior: 2 años
• Dato clave: La reducción lo dejó libre semanas antes del Mundial de 1982. Sin esa decisión, su historia jamás habría ocurrido.
Durante la sanción, vivió dos años de aislamiento. La Juventus —dueña de sus derechos— lo mantuvo entrenando en solitario. Rossi confesó años después que vivió “los días más largos y tristes” de su vida.
La apuesta ciega de Bearzot
Cuando terminó su sanción, apenas tres semanas antes de la Copa del Mundo, Rossi estaba sin ritmo, sin confianza y casi sin fútbol. La prensa lo destrozó. La afición lo veía como un riesgo.
Pero Enzo Bearzot, seleccionador italiano, confió en él como si fuera su hijo.
La decisión parecía absurda… hasta que llegó Brasil.
La resurrección deportiva
• Hat-trick histórico a Brasil (3-2), eliminando al equipo más brillante del torneo.
• Doble a Polonia en semifinales.
• Gol a Alemania en la final.
• Bota de Oro, Balón de Oro y héroe nacional.
Rossi pasó de ser un proscrito a convertirse en símbolo de redención mundial. Ningún otro jugador en la historia del fútbol ha protagonizado un cambio de narrativa tan brutal en tan poco tiempo.
Datos que pocos conocen sobre Paolo Rossi
1. Su apodo real no era “Pablito”
Aunque el mundo lo llamó “Pablito” en 1982, su apodo original en Italia era “Il ragazzo d’oro” (el chico de oro) cuando comenzó en Vicenza por su capacidad innata para aparecer donde nadie más lo hacía.
2. Fue goleador con 21 años en Serie A
En 1978, con el Vicenza, fue capocannoniere con 24 goles. Ese éxito temprano le permitió ir al Mundial de Argentina 78, donde también brilló.
3. Estuvo muy cerca de dejar el fútbol
Durante su sanción, Rossi pensó seriamente en retirarse. Dijo que se levantaba algunos días sin ganas de entrenar ni de salir de la cama.
4. Era extremadamente supersticioso
Usaba siempre las mismas espinilleras, las mismas medias y repetía rutinas exactas de calentamiento. Decía que “los goles viven en los detalles”.
5. Su técnico favorito no era Bearzot
Aunque Bearzot lo convirtió en leyenda, Rossi siempre dijo que su entrenador más influyente fue Giuseppe Marchioro, de Vicenza, “porque me enseñó a moverme sin balón”.
6. Su mayor orgullo no fue el Mundial
Sorprendentemente, siempre dijo que su mayor logro fue que “Italia volvió a sonreír gracias al fútbol” tras un periodo oscuro de escándalos y tensiones sociales.
7. Se casó dos veces y fue comentarista
Tras retirarse, trabajó para Sky, Rai y otros medios. Era analista querido, pausado y respetado.
En 2010 se casó con su segunda esposa, Federica Cappelletti, quien escribió un libro sobre su vida.
¿De qué murió Paolo Rossi?
Rossi falleció el 9 de diciembre de 2020, a los 64 años.
La causa de muerte fue un cáncer de pulmón, que mantuvo en privado mientras seguía trabajando como comentarista. Su fallecimiento ocurrió apenas días después de la muerte de Diego Maradona, lo que impactó aún más al mundo del fútbol.
Legado eterno
Paolo Rossi no solo ganó un Mundial.
Ganó una batalla contra la opinión pública. Contra el juicio social. Contra su propio derrumbe emocional.
Representa la idea más humana del fútbol: caer, tocar fondo, levantarse y convertirse en eterno.

