La expulsión por un codazo ante Irlanda pone en riesgo la presencia del capitán portugués en los primeros partidos del Mundial.
El precedente del caso Tchouaméni y el reglamento disciplinario de FIFA no juegan a su favor.
La clasificación de Portugal rumbo al Mundial 2026 se vio sacudida por un giro inesperado: Cristiano Ronaldo podría perderse varios partidos del próximo Mundial tras su expulsión con roja directa en el duelo ante Irlanda.
El astro recibió la tarjeta después de propinar un codazo al defensa Dara O’Shea, una acción considerada por el árbitro como agresión.
La preocupación en Portugal y en el entorno del jugador es máxima porque, según el Código Disciplinario de la FIFA, este tipo de acciones se sanciona con severidad. El artículo 14.1 establece dos rangos claros:
• Juego brusco grave: mínimo 2 partidos.
• Conducta violenta: mínimo 3 partidos.
En el caso de Cristiano, el uso deliberado del codo apunta a la categoría más grave: conducta violenta, lo que elevaría la sanción a tres juegos oficiales.
El antecedente que complica a Cristiano
El diario AS destaca un caso reciente que sirve como referencia: Aurélien Tchouaméni, mediocampista francés, recibió una sanción de dos partidos tras ser expulsado por juego brusco grave. Su acción no alcanzó el nivel de agresión que se le atribuye a Cristiano, por lo que la FIFA podría ser incluso más estricta.
Asimismo, otras expulsiones recientes en selecciones europeas —como la del turco Barış Alper Yılmaz— muestran que el Comité Disciplinario no suele reducir las penas cuando se trata de golpes sin disputa de balón.
Un golpe al Mundial… antes de empezar
Cristiano ya debe cumplir al menos un partido de suspensión ante Armenia, correspondiente a la eliminatoria. Sin embargo, si la FIFA determina una sanción de tres juegos, el capitán lusitano quedaría automáticamente fuera de los dos primeros partidos del Mundial 2026, siempre que su selección clasifique.
Las reglas establecen además que las sanciones se deben cumplir en competiciones oficiales. Es decir, no cuentan amistosos, por lo que Portugal no tiene margen para “adelantar” partidos de castigo antes del torneo.
A sus 40 años, esto significaría un duro golpe para quien podría estar disputando el último Mundial de su carrera. Portugal perdería no solo a su máximo referente goleador, sino también a su líder emocional en el arranque del certamen.
Portugal en vilo
El comité disciplinario de la FIFA evaluará el informe arbitral y el video, proceso que definirá la magnitud de la sanción. De momento, el ambiente en Portugal es de expectación y cautela: saben que el reglamento es claro y que el antecedente más cercano no favorece al delantero.
Mientras tanto, Cristiano vive días de incertidumbre. Su futuro inmediato en el camino mundialista depende ahora de un dictamen disciplinario que podría marcar su despedida de la gran cita del fútbol.

