Las ciudad francesa de Niza sigue recordando el atentado terroristas perpetrado por la organización criminal ‘Daesh’ el 14 de julio de 2016, día en que celebraban la Fiesta Nacional, y dejó 86 muertos y unos 200 heridos.
Durante los partidos del Niza como local se ha vuelta una “tradición” que parte de la grada entone un cántico insultado y recordando ese episodio. “Daesh, Daesh, on t’encule” (Daesh, Daesgh, que te jo…), es lo que se canta en el minuto 86, como un recordatorio a las víctimas fallecidas, junto a un corazón formado por los nombres de los que murieron mostrado en las pantallas del estadio.
No obstante, en esta oportunidad el árbitro del partido entre el Niza y el Olympique de Lyon, Jerome Brichard, no lo permitió. En el momento en que escuchó los cánticos, detuvo el partido para Activia el protocolo antirracista, por lo que se debió pedir desde megáfono que pararan con los insultos, provocando las quejas e indignación de los jugadores y aficionados.
“Esto es inaceptable. Es una falta de respeto a las víctimas del 14 de julio, a sus familias y a toda la ciudad de Niza. No solo al OGC Niza. Lo pasamos muy mal”, declaró Fabrice Bocquet, presidente del Niza mediante un comunicado. “Esta interrupción del partido, al igual que el ultimátum dado a nuestro locutor para que tomara el micrófono y detuviera la manifestación o el partido no se reanudaría, nunca debería haber ocurrido”.
“Fue una falta de preparación y sensibilidad, y nunca debió haber sucedido, algo que el delegado de partido reconoció. El árbitro se disculpó. Tomaremos las medidas necesarias esta semana con la FFF, Philippe Diallo y Antony Gautier (el director de arbitraje) para garantizar que esto no vuelva a suceder”, añadió.
Bocquet indicó que el árbitro del compromiso tras el partido le indicó que no estaba al tanto de la situación y tomó la decisión de detener el compromiso siguiendo las instrucciones que ha recibido.
Este domingo, Antony Gautier, director de arbitraje francés, señaló en unas declaraciones a L’Équipe que si Brichard “hubiera sido consciente del contexto, no habría, excepcionalmente, detenido el partido. El Sr. Brisard se enteró cuando Franck Haise compartió la información con él”.
Ademas, indicó que habló con el árbitro tras el compromiso.
“Hablé brevemente con Jérome después del partido, y aunque oyó claramente el insulto, no pudo oír la primera palabra, es decir, el término ‘Daesh’. Cuando estás concentrado en tu partido, no es fácil saber ni escuchar lo que ocurre en las gradas”, manifestó Gautier.
“Los árbitros reciben instrucciones muy claras de Philippe Diallo, presidente de la Federación. Deben detener un partido por cánticos homófobos, racistas o discriminatorios. Es tolerancia cero. Los árbitros no pueden conocer las costumbres de todas las peñas. Una vez más, si hubiera estado informado, no habría detenido el partido excepcionalmente. Es cuestión de sentido común”, concluyó Antony Gautier.
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