Miguel Ángel Russo, uno de los técnicos más respetados del fútbol sudamericano, murió a los 69 años este miércoles 8 de octubre tras una larga lucha contra el cáncer.
El entrenador de Boca Juniors permanecía en su casa de la Capital Federal y rodeado por familiares y seres queridos desde el 6 de octubre, acompañado por su familia, después de que su salud se deteriorara en las últimas semanas.
Russo atravesaba un cuadro crítico y había estado internado en el Instituto Fleni (Argentina) por episodios de deshidratación y, aunque intentó retomar algunas prácticas del equipo, finalmente Claudio Úbeda asumió la conducción del plantel en sus últimos encuentros.
Su último partido oficial fue el empate 2-2 ante Central Córdoba en La Bombonera el pasado 21 de setiembre.
Lucha contra el cáncer
Russo libraba una dura batalla contra un cáncer de vejiga y próstata diagnosticado en 2017, cuando dirigía a Millonarios de Bogotá.
A lo largo de su carrera, dejó huella en equipos de América Latina: en Argentina dirigió a Estudiantes, Lanús, Vélez, Racing, San Lorenzo y Colón, entre otros. También tuvo pasos por clubes como Universidad de Chile, Monarcas Morelia, Alianza Lima, Cerro Porteño, Al Nassr y Millonarios, con quien logró grandes éxitos.
Como futbolista, defendió los colores de Estudiantes de La Plata durante toda su carrera profesional, disputando 435 partidos y anotando 11 goles. También vistió la camiseta de la selección argentina en 17 ocasiones.
Su legado trasciende títulos y equipos: Russo será recordado por su liderazgo sereno, su sabiduría táctica y su inquebrantable pasión por el fútbol.