El Liverpool tuvo una noche para el olvido en el infierno de Estambul al caer 1-0 frente al Galatasaray.
El partido se definió en un tramo frenético del primer tiempo. Los de Arne Slot tuvieron la primera gran chance con Hugo Ekitike, que quedó mano a mano y exigió a Ugurcan Cakir. El arquero respondió, pero en el rebote apareció Cody Gakpo cuando el gol parecía seguro, Ismail Jakobs salvó en la línea.
En la réplica, llegó el 1-0. Dominik Szoboszlai cometió penal sobre Bans Alper Yilmaz y desde los doce pasos Victor Osimhen no perdonó, firmando el único tanto de la noche ante Alisson Becker al 16’.
Con más de 75 minutos por delante, el conjunto inglés buscó el empate, pero se estrelló contra la solidez turca y el empuje de un público ensordecedor.
Sobre el cierre, parecía abrirse una última esperanza cuando el árbitro Clément Turpin sancionó penal sobre Ibrahima Konaté, pero tras la revisión en el VAR, la decisión fue anulada.
El pitazo final desató la euforia. Galatasaray, líder en Turquía y de gran presente, selló un triunfo inolvidable ante uno de los gigantes de Europa. Fue un 1-0 que se gritó como una gesta y que deja a los Reds tocados en lo anímico y en lo deportivo.
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