En una época en la que los futbolistas de élite suelen llegar a los entrenamientos en autos de lujo, Arjen Robben rompía el molde.
Mientras sus compañeros del Bayern Múnich estacionaban Ferraris, Lamborghinis y Porsche, el holandés aparecía todos los días en una bicicleta sencilla.
Un periodista, intrigado por esa costumbre, decidió preguntarle directamente:
¿Por qué nunca vienes en coche, Arjen?
Robben sonrió y respondió con la naturalidad que lo caracterizaba: "No es por modestia ni por llamar la atención. Desde el primer día vine en bicicleta y me quedé con esa costumbre. Cada calle que recorro me devuelve una parte de mi infancia".
Más que un medio de transporte
Para Robben, la bicicleta nunca fue un símbolo de pobreza ni de rebeldía, sino un recordatorio de su origen en Bedum, un pequeño pueblo de los Países Bajos donde crecer sobre dos ruedas era lo más normal del mundo. En lugar de dejarse arrastrar por la ostentación, prefirió mantener esa rutina como un gesto de gratitud y fidelidad a su esencia.
El exfutbolista confesaba que pedalear le daba paz, lo conectaba con recuerdos de su niñez y le permitía mantener los pies en la tierra pese a la fama y los títulos.
Una carrera llena de éxitos
Robben jugó en clubes de élite como PSV, Chelsea, Real Madrid, Bayern Múnich y Groningen, además de ser figura en la selección de Países Bajos, con la que disputó tres Mundiales y fue subcampeón en Sudáfrica 2010. A lo largo de su carrera conquistó más de 30 títulos, incluyendo una Champions League en 2013 con el Bayern, donde anotó el gol decisivo en la final.
Sin embargo, lo que más admiración generó fuera de la cancha fue su humildad intacta.
Un mensaje que trasciende
La bicicleta de Robben se convirtió en una metáfora: en un mundo que empuja a aparentar, él demostró que el verdadero valor está en ser uno mismo, sin máscaras ni artificios.
“La humildad no se presume, se vive en silencio”, reza una de las frases que resumen mejor la filosofía del holandés. Y con cada pedaleo, Robben recordaba de dónde venía, encontrando ahí su mayor victoria.
