Este sábado el Manchester City avivó su crisis de resultados en la visita al Crystal Palace (2-2).
A las cinco derrotas seguidas lejos del Etihad que complican su defensa de corona en la 'Premier', su situación en la Liga de Campeones y provocaron la eliminación de la Copa de la Liga, le sumó el Manchester City un empate con malas sensaciones en una tarde fría y lluviosa en Londres.
Cuando tenía en su mano aumentar la presión psicológica sobre el líder, un Liverpool cuyo partido fue aplazado por el temporal, desperdició la oportunidad de ponerse a seis puntos enterrando los síntomas de recuperación mostrados en el Etihad entre semana. Lejos de su casa ha perdido la eficacia el equipo de Pep Guardiola que extiende una preocupante debilidad defensiva y comete errores impropios de su identidad, impreciso hasta con balón.
Buscó frescura Guardiola con nuevos retoques. Apostando por Savinho, tan frío como el clima y sin desborde en su partido. Cambió la demarcación de Gvardiol al centro de la zaga y situó a Rico Lewis en el lateral izquierdo. Le costó el repliegue tras pérdida con Gündogan de mediocentro de un equipo que añora la figura de Rodri. La importancia del Balón de Oro queda en evidencia en cada partido duro.
El Crystal Palace tenía un plan y lo ejecutó a la perfección. Esperó en su terreno, con líneas juntas y bloque medio al City, y lo castigó con ataques directos, eléctricos. A los cuatro minutos ya ganaba cuando Hughes inició su recital al mando. Los centrales salieron de zona, Lewis abandonó su carril y a su espalda aparecieron metros que aprovechó el colombiano Daniel Muñoz. Enganchado al tirar el fuero de juego quedó Walker y Stefan Ortega no pudo detener el disparo potente.
Fue la tónica del encuentro, un City a remolque con dependencia de la inspiración de Kevin De Bruyne. Cuando inventó con su magia habitual con pases entre líneas, encontró a Haaland que tuvo la primera a los siete minutos pero, en carrera, chutó al rostro del portero rival.
El duelo estaba abierto porque pese al dominio del City, el Crystal Palace respondía siempre con acciones en las que pisaba área con facilidad y obligaba a Ruben Días a multiplicarse para taponar disparos. Y a intercambio de golpes, normalmente se tiene las de perder ante el equipo de Guardiola. El poste repelía una volea de Gündogan a los 23 minutos y Savinho perdonaba el rechace. Y a la media hora no perdonaba Haaland.
Fue un regalo por una mala salida de Henderson al centro desde el costado izquierdo de Nunes. Guehi, blando en la marca, cedió en el cuerpo a cuerpo y Haaland se elevó para rematar de cabeza sin oposición a la red el empate. Todas las acciones bien leídas en ataque por Mateta, las internadas de Eze o las llegadas con peligro de Lerma, se desplomaban por un grave error compartido. Y pudo ser peor si en la única contra del City Savinho no hubiese perdonado.
Aumentó el dominio del City en el segundo acto con una posesión abrumadora que nunca incomodó al Palace. Replegado en su terreno, supo leer el partido y golpeó de nuevo con rapidez. Otra vez Walker en la foto. De un saque de esquina provocado por Hughes que puso con buena zurda a la cabeza en área chica de Lacroix. Le faltó autoridad a Ortega en zona del portero y fe en el marcaje a Walker.
Con todos los fantasmas presentes en una racha de seis derrotas, un empate y apenas un triunfo, inició el equipo de Guardiola una lucha contra el reloj en busca de una remontada que no llegó.
Salvó el empate Rico Lewis definiendo con calidad, a la escuadra, el pase de Bernardo Silva, pero ni la entrada de Doku aumentó el desborde tras una nueva clara ocasión marrada por Savinho que fue el desquite con la mano salvadora de Henderson. No generó más el City que ni siquiera 'murió' en área rival y lo hizo defendiendo, en inferioridad numérica, por una rigurosa expulsión de Lewis que protestó Guardiola en el centro del campo al colegiado a la conclusión de un nuevo partido en el que su equipo no estuvo a la altura esperada.