El encuentro de Champions League entre Manchester City y Feyenoord sacó de quicio a un Pep Guardiola que, desde el banquillo de los 'sky blues', avistó cómo los suyos sufrían una sonrojante remontada que les impidió salir de su bache actual.
Después de cinco derrotas consecutivas, los ingleses parecían ver la luz al final del túnel en un martes en el que encarrilaron una nueva victoria con un prometedor 3-0 en el marcador.
Sin embargo, el plan se vino abajo en el último cuarto de hora, cuando tres dianas fugaces del conjunto neerlandés igualaron la contienda. Tras ello, la de Guardiola fue la viva imagen de la desesperación, presentándose a sus compromisos postpartido con unas heridas en su rostro que no iban en sintonía con ningún incidente previo captado en cámara.
La pregunta sobre qué había sucedido fue obligada y, en aquel momento el técnico desveló cómo se habían producido: "Con el dedo, con mi propia uña". Mientras su cara ensangrentada daba la vuelta al mundo, Guardiola incluso se permitió bromear con un chascarrillo de "quiero hacerme daño" que despertó numerosas críticas.
Y es que las reacciones sobre lo peligroso de estas afirmaciones en relación con los problemas psicológicos han invitado al entrenador a rectificar sus palabras en las redes sociales.
Una noche después de los incidentes, Guardiola ha querido matizar sus expresiones alegando que le pillaron por sorpresa las preguntas al respecto: "Anoche me tomaron por sorpresa con una pregunta sobre un rasguño que me había aparecido en la cara y expliqué que una uña afilada lo había causado accidentalmente", comenzó en su publicación a través de X y añadiendo: "Mi respuesta no pretendía en ningún caso restarle importancia al gravísimo problema de la autolesión".
Es más, en un tercer post alentó a cuidarse los problemas de salud mental "todos los días". En este sentido, llegó a invitar a todo aquel que lo necesite a comunicarse con la organización 'Samaritans' de prevención del suicidio en el Reino Unido.