El equipo del Barcelona logró el miércoles una importante victoria en condición de visitante 2-3 contra el París Saint Germain por el duelo de ida de los cuartos de final de la Champions League.
En el PSG el portero costarricense, Keylor Navas, se quedó en la banca.
El sitio web, The Coaches' Voice, presentó un amplio artículo con el análisis táctico del partido.
Aquí la nota
El Barcelona, después de cinco años sin ganar un partido a domicilio en fase eliminatoria de competición europea, consiguió una victoria de renombre en el PSG en el Parque de los Príncipes de París.
Una victoria, además, que le sirve para tomar una importante ventaja ante el equipo de Kylian Mbappé, quien apenas tuvo intervención en el choque. El sistema defensivo planteado por Xavi Hernández maniató al delantero francés, que solo realizó un remate con algo de peligro sobre la portería azulgrana.
Todo el protagonismo fue para Raphinha, firmando el jugador brasileño su mejor partido hasta la fecha como jugador del Barcelona. Hizo dos goles, además de atacar constantemente los espacios de la defensa del PSG, sobre todo en el segundo tiempo.
El duelo, como ha sido habitual en todos los partidos de la ida de los cuartos de final de esta Champions, también tuvo alternativas en el marcador. En este caso, los de Luis Enrique voltearon el partido con un fulgurante arranque en la segunda mitad con los tantos de Ousmane Dembélé y Vitinha en apenas dos minutos. Pero el Barcelona, con orden y el relevante papel de Pedri, le dio la vuelta al resultado, sellando Andreas Christensen el definitivo 2-3.
Análisis de los entrenadores
"Una primera parte que hemos iniciado bien, pero han entrado dudas en el 0-1. Al descanso hemos podido cambiar cosas y presionar mejor. Hemos reaccionado pero en una jugada de entrada a segunda línea nos ha dejado tocados", señaló Luis Enrique sobre la derrota de su equipo. "No tengo ninguna duda de que podemos conseguirlo. Si hay un equipo que no especula y sale a ganar cada partido somos nosotros", añadió el entrenador del PSG de cara a la vuelta.
Xavi Hernández señaló la madurez de su equipo como clave en el partido: "En los últimos años nos veníamos abajo cuando teníamos el resultado en contra, en esta ocasión hemos dado un paso adelante". "Otra de las notas positivas es cómo hemos salido de la presión alta de un equipo que te aprieta tanto, es muy difícil y lo hemos hecho muy bien", destacó también Xavi sobre la actuación de sus jugadores.
A continuación, nuestros entrenadores analizan el 2-3 del Barcelona en París, con puntos muy destacados en el duelo entre ambos entrenadores, Luis Enrique por el PSG y Xavi Hernández en el Barcelona.
Sistemas mutables
Luis Enrique organizó al PSG sobre un 4-4-2 con Kylian Mbappé y Ousmane Dembélé en punta de ataque, abiertos ambos en fase ofensiva. A la hora de iniciar los ataques, el sistema del PSG mutaba al 4-2-4, con Kang-In Lee cerca de Marco Asensio, más, como hemos señalado, Mbappé y Dembélé abiertos en banda. Fabián Ruiz y Vitinha, por su parte, se ubicaron a la misma altura, con la tarea ambos de elaborar el ataque local (abajo).
La ofensiva del PSG en el primera mitad tuvo como principal objetivo conectar por fuera con Mbappé y Dembélé, para buscar los 1x1 exteriores. Sin embargo, esta variante ofensiva dejó muy expuesto al equipo de Luis Enrique ante las posibles pérdidas de balón en campo rival, quedando siempre en inferioridad numérica y posicional en la zona de mediocampo.
En el Barcelona, Xavi Hernández partió con el 4-3-3, con Raphinha por la izquierda, Lamine Yamal por derecha y Robert Lewandowski en punta. A la hora de llegar a zona de creación ante un PSG ubicado en bloque medio, el Barcelona se reorganizaba en 3-4-3, incrustado Frenkie De Jong entre los centrales, Ronald Araújo y Pau Cubarsi (abajo).
También en ese 3-4-3, Jules Koundé y Cancelo tomaban altura para situarse alrededor de Sergi Roberto, y Raphinha en zona interior. El extremo brasileño se identificó como hombre libre para recibir entre líneas, liberando la banda derecha a Cancelo. Más adelante, Ilkay Gündogan se unió a Lewandowski entre líneas con el objetivo de fijar a los centrales del PSG para favorecer las acciones de 1x1 de Lamine Yamal.
Dos vías para llegar a la portería rival
Los ataques rápidos que ejecutó el Barcelona durante todo el encuentro fueron la clave para aprovechar los espacios a la espalda de la última línea defensiva del PSG.
En esos ataques rápidos, la vía principal eran las bandas, pero para llegar hasta ahí el Barcelona tuvo un paso intermedio: aprovechar los espacios interiores generados por Dembélé y Kang-In Lee en el repliegue.
Cubarsí lideró la salida de balón, buscando así conectar con Lewandowski. Al mismo tiempo, Gündogan fijaba a Vitinha. Una vez con balón, Lewandowski tuvo espacio y tiempo parar girar y conectar con Yamal en ventaja ofensiva, para atacar el extremo los espacios libres por fuera (abajo).
Luis Enrique aprovechó el descanso para variar el plan ofensivo inicial, con poca efectividad hasta entonces. Así, el PSG pasó a jugar sobre un 4-3-3, dejando a Mbappé y Dembélé descolgados para aprovechar en el contrataque los espacios de la defensa del Barcelona en su repliegue. Kang-In Lee y Vitinha también pasaron a jugar en posiciones más interiores, con el objetivo ambos de hacer llegar el balón a los puntas (abajo).
Dembélé y Mbappé atrajeron a los defensores rivales sobre la zona de creación, en distintos carriles y con movimientos opuestos, ampliando de ese modo el espacio entre Koundé y Araújo (abajo). De ese modo, los locales generaron el espacio que no consiguieron generar en la primera mitad y posteriormente lo aprovecharon con desmarques de ruptura para llegar por el carril interior derecho rival. Una vía por la que llegó el 1-1.
Jugadores de segunda línea
Los jugadores de segunda línea tomaron el protagonismo en el segundo acto, con intervenciones decisivas.
En el PSG, Vitinha fue el encargado de dar orden con balón a los de Luis Enrique, con amplios recorridos para llegar a zona de finalización (abajo). La variante táctica del técnico español en el segundo acto con el ya analizado 4-3-3, habilitó a Vintinha a realizar desmarques de ruptura sobre el espacio entre Cancelo y Cubarsí, consiguiendo así el 2-1 en los peores momentos defensivos del Barcelona.
En el Barcelona, la entrada de Pedri dio solidez, frescura y control de balón al Barcelona, aumentando de ese modo también las posibilidades ofensivas de su equipo. Pero también significó un cambio en el rol de Raphinha, quien pasó al sector derecho para aprovechar ahí su velocidad sin balón a través de desmarques interiores en el espacio entre el lateral y central del PSG (abajo).
La sociedad Pedri-Raphinha resultó decisiva en el juego del Barcelona en el segundo tiempo.
Movimientos coordinados
El Barcelona destacó en su bloque defensivo, siempre bien organizado y posicionado en función del rival, los espacios que no debía conceder y la ubicación del balón. Esto implicó mantener la línea defensiva compacta para cubrir los espacios y anticiparse a los movimientos de Mbappé y Dembélé, cuando estos trataban de recibir.
Primeramente, los jugadores del Barcelona ejercieron un repliegue defensivo que limitó los espacios exteriores de los extremos locales. Ya con el dispositivo ubicado cerca de su área, los extremos azulgranas fueron solidarios en las ayudas defensivas, también con las permutas de Sergi Roberto y De Jong cuando los laterales perseguían a Mbappé y Dembélé.
Sergi Roberto y De Jong, a su vez, ocuparon el espacio que dejaba el lateral en su salto a la presión, a la vez que persiguieron sus marcas, impidiendo de ese modo un posible centro al área (abajo).
Bajo ese gran trabajo defensivo, el Barcelona consiguió frenar gran parte del potencial ofensivo del PSG, sobre todo reflejado en la figura de Mbappé, quien apenas tuvo intervención en el partido.
Fuente: The Coaches' Voice