La propaganda yihadista, en especial la del Estado Islámico (Daesh, Isis), como parte fundamental de su estrategia global de implantar el terror, no cesa.
Este lunes, a través de su fundación Al Azaim, ha difundido un cartel en el que amenaza a cuatro estadios de fútbol de Londres, París y Madrid, bajo la consigna general de “matarlos a todos”.
En dichos campos es donde se jugarán los cuartos de final de la Copa de Europa los días martes y miércoles de esta semana.
No significa que esa amenaza no existiera ya porque está demostrado que los yihadistas atacan allí donde pueden para intentar cometer masacres, como ocurrió recientemente en una discoteca de Moscú. Contra este local no había una amenaza concreta y, sin embargo, fue el elegido por los asesinos.
En medios antiterroristas se considera que a este tipo de propaganda hay que darle la dimensión precisa.
Las grandes concentraciones de personas, como era el caso del club de la capital rusa, son denominados por los terroristas como “objetivos blandos” y son los preferidos por la gran repercusión mediática. Ya lo decía Abu Bark Baghdadi, el fundador de Isis, que un atentado en occidente valía por mil que se pudieran perpetrar en sus áreas de influencia, como Irak o Siria.