La última lesión que ha sufrido el volante español del Barcelona, Pedri, ha levantado múltiples discusiones en el país ibérico sobre los riesgos de que los adolescentes se conviertan en futbolistas profesionales.
Pedri debutó con el Barcelona y la Selección Española con apenas 17 años, lo que sorprendió a todo el mundo y en su primera campaña en la 20-21 disputó un total de 73 partidos. Desde entonces las lesiones se han convertido en una constante para el jugador que ya acumula nueve lesiones musculares en tres temporadas..
Pero no es el único caso, ya que jugadores como Ansu Fati, que debutó con 16 años, suma 11 lesiones y 613 días de baja, Gavi, con 16, suma 4 lesiones y 240 días y el turco Arda Güler, el volante de 19 años del Real Madrid entró a la élite con 17 cuando debutó con el Fenerbahce, y ha sufrido de 3 lesiones y 160 días de bajas. Estos son tres casos sonados entre muchos otros.
Ahora bien, los expertos son claros en señalar el principal motivo por el que han sufrido tantas lesiones musculares desde que debutaran como profesionales. El preparador físico del Real Madrid, José Luis San Martín, es claro durante una charla con el diario Marca, en que estos jóvenes entran a la élite sin que sus cuerpos estén físicamente aptos para afrontar un calendario tan apretado.
"La alta intensidad en el fútbol de élite mundial (en el que se corre entre 10 y 13 kilómetros por partido y muy rápido, a velocidades de 36/37 km/h) afecta directamente a estos jugadores tan jóvenes, que en muchos casos no tienen estructura física para soportar los esfuerzos brutales de un deporte como el fútbol, el más exigente a nivel articular y muscular", expresó San Martín.
"Al ser tan jóvenes, su aparato cardiovascular aún no está adaptado para jugar muchos encuentros seguidos y soportar la frecuencia cardíaca de los juegos en alta competición (170/172 pulsaciones por minuto y con sólo 15/20 segundos de recuperación entre esfuerzos). Y la musculatura tampoco es capaz de absorber sin riesgo de lesiones los frenados, los saltos, las aceleraciones, los cambios de dirección con y sin balón... Y no lo hacen porque no han tenido tiempo de desarrollarla", añadió.
El experto también señaló que deben darle minutos de manera progresiva, pero sin explotarlos físicamente. "Si queremos proteger el talento técnico de los jugadores muy jóvenes no hay que precipitar su aparición entre la élite y ponerlos a jugar prematuramente, sin antes completar su formación física. También hay que controlar su participación. Si queremos que estos niños disfruten del fútbol, tenemos que proteger su salud física y mental. no hay que jugar con esto".
Además, el diario Marca también acudió a la opinión del prestigioso traumatológico, Pedro Luis Ripoll, quien trabaja con la FIFA y se mantiene por la misma línea que José Luis San Martín en no exponer a los jóvenes al exigente calendario del fútbol.
"Está claro que los cuerpo de estos atletas a estas edades no están preparados, no están lo suficientemente maduros para aguantar los partidos cada tres días a un nivel máximo, como les exigen los equipos grandes. Y la mayoría de los clubes no hacen un entrenamiento específico con ello. Se garantiza que el alto nivel de exigencia y el alto número de juegos afectan a sus articulaciones y acortan las carreras. Luego también están los niños que no representan a equipos de alto nivel, pero que están obligados a jugar en superficies no siempre aptas para la práctica saludable del fútbol", concluyó Ripoll.
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