El Gobierno colombiano anunció que planea recuperar un legendario barco español que se hundió en las aguas del Caribe en 1708 y que podría contener un enorme tesoro valuado en unos USD 20.000.000.000.
La expedición organizada por las autoridades nacionales tiene como objetivo investigar el naufragio del galeón San José, también conocido como “el santo grial de los naufragios”.
Según los registros históricos, el navío transportaba riquezas que habían sido recolectadas en distintas colonias sudamericanas pertenecientes a España, incluidos más de 100 cofres de acero repletos de esmeraldas, y monedas de oro y plata.
Construido en 1698, el San José se hundió durante una batalla cerca de la Isla de Barú, al sur de Cartagena, mientras se dirigía a la corte del rey Felipe V de España.
De acuerdo con los historiadores, el barco se topó con una escuadra británica y, durante la batalla, los pañoles de pólvora explotaron, lo que provocó su destrucción total y la muerte de más de 500 tripulantes.
Una expedición anterior llevada a cabo por la Institución Oceanográfica de Woods Hole localizó los restos del naufragio en 2015, pero aún no se ha intentado recuperar su tesoro.
Las autoridades colombianas anunciaron el viernes que invertirán unos USD 4.500.000 en 2024 para explorar el naufragio.
Sin embargo, no han hecho pública la ubicación de la expedición para disuadir a los buscadores de tesoros amateurs.
Los investigadores esperan utilizar nuevas tecnologías para explorar el agua que rodea el pecio a una profundidad de casi 600 metros.
Hasta el momento, los oceanógrafos se han servido del análisis de la profundidad del mar y del lecho oceánico para comprender cuál es la mejor manera de recuperar el contenido del galeón.
En cuanto al Gobierno colombiano, tiene previsto utilizar tecnología robótica para extraer parte del tesoro sumergido de la superficie del barco entre abril y mayo.
Esto podría ayudar a determinar el estado de otras partes del tesoro que también se encuentran en el barco.
¿Quién se quedará con el tesoro?
El descubrimiento desencadenó una disputa entre varios países. Por un lado, España reclamó ser dueña de la recompensa y, por otro, Bolivia aseguró que los tesoros le pertenecían a la nación indígena Qhara Qhara, que fue obligada a extraer los metales preciosos durante la época de las colonias.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, desea utilizar los recursos estatales para la recuperación de los restos con el fin de asegurarse de que permanezcan en su país.
Las autoridades señalaron que la expedición tiene, principalmente, fines culturales y que buscan comprender cómo era la vida de los cientos de tripulantes que viajaban a bordo antes de que el barco se hundiera.
Como declaró Juan David Correa, ministro de Cultura colombiano: “La historia es el tesoro”.
La tecnología de la operación
La exploración, que según el Ministro de Cultura, Juan David Correa, se hará entre abril y mayo de 2024, utilizará un robot operado remotamente de diseño sueco y fabricación británica que descenderá hasta el galeón y recuperará algunas piezas entre aquellas que están dispuestas más superficialmente en el pecio.
El objetivo es observar cómo reaccionan esas piezas al salir del agua.
“Una vez se saquen del agua, son materiales que son muy vulnerables, porque han estado sometidos a unas presiones muy importantes durante 300 años y entonces perfectamente pueden desbaratarse”, le explicó Alhena Caicedo a BBC Mundo.
“Nosotros necesitamos garantizar que ese tipo de materalidades sepamos cómo manejarlas, cómo estabilizarlas, cómo conservarlas para que, si en algún momento se quiere hacer una exposición, tengamos piezas que no vayan a perecer en el intento”, añade.
Las piezas serán estudiadas en un laboratorio en Cartagena y, a mediano plazo, se contempla la construcción de un museo.
Por lo pronto, las autoridades colombianas descartan que se vayan a sacar del galeón grandes cantidades de oro y plata.
El robot que descenderá hasta el galeón será operado desde el ARC Caribe, un buque que le compró el Estado colombiano a un astillero chino en 2017 por US$13 millones.
“Nuestro buque tiene la capacidad de enfrentar las olas, el viento y todos los movimientos en seis direcciones que existen en el océano para poder sostenerse en un punto preciso, porque la exploración requiere que el robot a 600 metros de profundidad pueda ser conectado con la mano y el ojo del operario que está en el barco”, explicó a agencia EFE el almirante Hermann León.
La operación será un esfuerzo coordinado del Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, la Armada Nacional (ICANH) y la Dirección Nacional Marítima, todas instituciones públicas.
Eso supone un cambio frente a los planes iniciales que tenía el Estado colombiano durante el gobierno de Juan Manuel Santos de hacer una alianza público-privada que contemplaba dividir el tesoro del galeón y pagarle a la empresa exploradora en especie, es decir, con parte del tesoro.
La primera fase de la investigación, que se adelantará en 2024, le costará al estado unos US$4,5 millones.
Además de detallar la información sobre las piezas que hay en el galeón y extraer las primeras del agua, la exploración busca ser una fuente para definir un plan de manejo arqueológico de los restos a largo plazo y declarar un área arqueológica protegida.
Según Caicedo, eso es importante por el riesgo de expolio que existe, es decir, de que personas no autorizadas como piratas o cazatesoros lleguen a él y lo saqueen.
Desde que se encontró el pecio, las coordenadas del galeón son secreto del Estado colombiano.
A partir de la nueva información que se conozca sobre lo que yace en el fondo del mar, “Colombia espera obtener respuestas a múltiples preguntas de investigación científica sobre la historia sumergida del comercio marítimo entre América y Europa a inicios del siglo XVIII”, dice un comunicado del ministerio de Cultura.
Fuente: BBC Mundo - Independent