Cerca de una tragedia quedó la selección de Gambia después que varios jugadores de la selección africana se desmayaron mientras viajaban en avión hacia Costa de Marfil para disputar la Copa Africana de Naciones.
El chárter encargado del traslado de los Scorpions a Costa de Marfil, sede de la competición, regresó a la capital de Gambia, Banjul, a solo nueve minutos del despegue por “problemas técnicos” ligados a la pérdida de presión y oxígeno en la cabina, afirmó la Federación de Fútbol de Gambia (GFF, por sus siglas en inglés) en un comunicado.
Más allá de que el equipo técnico de la compañía operadora del vuelo, Air Cote d’Ivoire, evaluó más a fondo la situación, las graves consecuencias del hecho fueron narradas detalladamente por dos testigos: el entrenador del equipo, Tom Saintfiet, y el lateral derecho, Saidy Janko.
“Todos podríamos haber estado muertos. Todos nos quedamos dormidos rápidamente. Yo también. Tuve sueños breves sobre cómo fue mi vida”, reveló el entrenador del equipo, Tom Saintfiet.
“Después de nueve minutos, el piloto decidió regresar porque no había suministro de oxígeno. Algunos jugadores no se despertaron hasta después del aterrizaje”, añadió.
Y realizó una dura crítica a los encargados de la planificación: “Ahora estamos en Gambia y ya no queremos volar con un avión de este tipo. Fue el más pequeño que pudieron encontrar, quizás con hélices, para 50 personas. Como si lo único que importara fuera que volara. Hay límites, estoy dispuesto a morir en el campo de fútbol, no estoy dispuesto a morir por mi trabajo fuera del campo”.
En la misma sintonía, Janko, con pasado en las Inferiores de Suiza y presente en el Young Boys de ese país, subió un video a sus redes sociales mientras bajaban del avión junto a sus compañeros, en el que llamó la atención el rostro agitado de un protagonista, que estaba visiblemente sudado y con signos de malestar. “Inaceptable. Después de viajar 32 horas en total desde Arabia Saudita (campo de entrenamiento) hasta Gambia, con largas escalas en Estambul y Casablanca, se suponía que hoy volaríamos de Gambia a Costa de Marfil”, escribió en un extenso descargo.
El testimonio de Saintfiet tuvo coincidencias con el de su dirigido: “El calor inhumano mezclado con la falta de oxígeno que se estaba produciendo dejó a muchas personas con fuertes dolores de cabeza y mareos extremos. Además, la gente empezó a quedarse profundamente dormida minutos después de entrar en el avión”.
A continuación, Janko agregó: “Mientras estaban en el aire, la situación empeoró, dejando al piloto sin otra opción que iniciar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Banjul nueve minutos después del despegue. Lo que ocurrió con éxito”. “De no haber sido por esto, las consecuencias podrían haber sido mucho peores… Sabiendo lo que podría haber pasado si hubiéramos estado expuestos a la situación durante más tiempo, en un avión, sin oxígeno…”, sentenció.
La Federación afirmó que los jugadores y el personal se terminaron alojando en el Hotel Ocean Bay, a la espera de nuevas instrucciones: “Es importante señalar que todos los miembros se encuentran sanos y salvos”. El conflicto quedó atrás porque la delegación inició el último tramo de su travesía a Costa de Marfil, según comunicó la GFF a través de Twitter: “Estamos a bordo de Air Côte d’Ivoire. Air Bus 319. Destino Yamoussoukro. Todas sus oraciones y buenos deseos necesarios”. En idéntico sentido, Saidy Janko publicó una historia en su perfil de Instagram con la frase: “Volver a bordo”.