El Manchester City le ganaba 2-0 al Crystal Palace este sábado por la jornada 17 de la Premier League y parecía tener todo controlado para encaminarse a la victoria. Al final hubo sorpresa.
Pep Guardiola y compañía fueron sorprendido en el complemento y con un penal agónico el Crystal Palace rescató un 2-2 y se llevó un valioso punto del Etihad Stadium.
Sin la contundencia de un pasado reciente, la que en numerosas ocasiones asegura el hambre de gol de Erling Haaland, de nuevo ausente, el Manchester City firmó un batacazo sonoro.
Por la diferencia de calidad, pero, sobre todo, por las circunstancias del duelo. Ante un Crystal Palace mermado, con bajas importantes, que aguantó en pie el apabullante dominio del campeón y lo castigó en los veinte minutos finales, en los que sacó a relucir de nuevo preocupantes carencias defensivas para Pep Guardiola.
El Etihad asistió a un monólogo en gran parte del encuentro. Un City que atacó con paciencia a una defensa de cinco. Con Julián ÁLvarez como nueve, avisando ya a los cinco minutos con un testarazo de lo que le esperaba a Henderson, salvador con una mano derecha firme salvadora.
Tal era el dominio del City que uno de los jugadores que más peligro creó fue su mediocentro Rodri, cerca del gol hasta en tres ocasiones. Buscando la escuadra con el exterior, pisando área para rematar centros laterales de un equipo que añoró en banda izquierda el desborde de Jérémy Doku. Aunque la brillantez en los metros finales era cosa de Foden, el encargado de poner luz donde no había espacios en las dos líneas juntas del Palace. Apareció al borde del fuera de juego Grealish para definir con disparo ajustado a los 24 minutos y cambiar el paso del partido.
Nadie imaginaba la reacción de un equipo que apenas era capaz de armar un ataque. perseguía sombras, corriendo tras el balón y salvado por Henderson, en dos ocasiones ante Gvardiol y al latigazo de Foden ajustado al poste.
Los 367 pases del equipo de Guardiola por los 136 del Crystal Palace al descanso, dibujaban un partido en el pese a estar anulado, la única acción de peligro del primer acto, en una carrera de Mateta, pudo acabar en roja a Ederson. Salió de su área y derribó al delantero. El colegiado interpretó que estaba ladeado y que Ruben Dias seguía de cerca la jugada pero una cartulina roja en vez de una amarilla, no le habría sorprendido a nadie. Olise, acariciando el larguero con el lanzamiento de falta, dejó un aviso a navegantes.
Aunque nadie temía por el partido. Menos aún tras el arranque del segundo acto cuando la posición de Rodri, que fue a rematar una falta lateral en fuera de juego, acabó en gol anulado pese a no tocar el centro de Julián Álvarez. Apenas 90 segundos después se desquitaba el futbolista español, con su presencia en el área para fijar centrales y permitir a Lewis llegar desde atrás para marcar el segundo.
La desventaja de dos tantos, haber sumado uno de los quince últimos puntos en juego, invitaron a la displicencia de un City que desapareció a la hora del partido, con un zurdazo de Bernardo Sila al que voló Henderson para realizar la parada del partido. El paso al frente del Crystal Palace, superada la tormenta, le metió en el partido con el tanto a placer de Mateta, tras la acción repleta de velocidad, castigando la espalda de la zaga Citizen y el pase preciso de Schlupp. Y cuando todo el mundo miraba el marcador en el tiempo añadido, un grave error de Foden, que dentro de su área fue a despejar lo más lejos posible el balón y golpeó la pierna izquierda de Mateta, que le robó la cartera. Acabó en un penalti que transformó con calma Olise para premiar la resistencia.