En septiembre del año pasado, el futbolista francés Paul Pogba sufrió un caso de presunta extorsión por parte de su propio hermano.
Su familia se vio en peligro y en el centro de una polémica que se sucedió durante semanas, lo que le llevó a plantearse si vale la pena estar constantemente en el foco mediático. En una entrevista con 'Al Jazeera', se sinceró y dijo que sopesó la opción de dejar el fútbol.
"El dinero cambia a la gente, puede destruir a una familia y empezar una guerra. A veces, pensé: 'No quiero más dinero, no quiero volver a jugar al fútbol. Quiero estar con gente normal para que me quieran por quién soy, no por la fama o el dinero'. A veces, es duro", aseguró. También analizó lo complicado de su temporada pasada, la de su vuelta a la Juventus, con la que tan solo salió al campo en 10 ocasiones.
"Quiero hacer que se traguen sus palabras, quiero demostrarles que no soy débil. Pueden hablar mal de mí, pero no me rendiré nunca", sostuvo pensando en sus 'haters'. Quienes aprovecharon para lanzarle filípicas lo hicieron basándose en una campaña en la que apenas gozó de protagonismo después de varios años de una paulatina venida a menos con el Manchester United, en el que se vio preso de la mala dinámica general.
Este año, Pogba ya ha salido al campo en 2 ocasiones en el inicio de la Serie A, pero, en ambas, como revulsivo. Estuvo ante el Bologna y el Empoli. Ya con 30 años, espera enmendar su ausencia de la lista de mejores centrocampistas de las grandes ligas desde hace ya un par de años. Hay que remontarse a la 20-21 para contemplar una versión suya notoria. Entonces, estuvo en 42 encuentros con 31 titularidades, 7 goles y 6 asistencias.