Si lo dice Alejandro Apo con una brillante carrera de más de 45 años y ser una voz posesionada en el fútbol, Argentina lo escucha y le pone atención.
Él ve a Diego Armando Maradona único. A Lionel Messi lo pone arriba en un lugar destacado, pero el 10 rioplatense de México 86 está solo.
Apo brindó una entrevista al medio El Planeta Urbano (EPU) que presentamos a continuación:
Influenciado por su padre, el Alejandro Apo “original”, este autoasumido comentarista de fútbol y conductor de Donde quiera que estés, se atiborra de palabras para hablar de su pasión por las Letras, de la legendaria sociedad que compone con Víctor Hugo Morales y de sus convicciones políticas. Entre vestuarios, tribunas y emociones, se toma su tiempo para esta charla con EPU donde contará también lo irónicamente inefable que esconde el hábito de la lectura.
–¿La voz le gana la pulseada a la apariencia?
–En mi caso le debo mucho a mis cuerdas vocales, soy un hombre que puede expresarse hablando en el mundo de la radio, que es el que más admiro. Y a mi edad, a las cuerdas vocales hay que cuidarlas.
–¿Qué balance hacés de tus 50 años de carrera?
–Puedo decir que no trabajo porque me pagan por hacer lo que me gusta.
–¿Te referís al periodismo?
–Yo me preparé para comentar partidos de fútbol y así me defino, pero también para trabajar en los medios y conducir un programa como el que ahora tengo, en el que leo historias en voz alta.
–Le das continuidad a una tradición familiar.
–Sí, cuando era chico mi papá y mi mamá me estimulaban a elegir un cuento, leerlo en voz alta y discutirlo después de la cena. Así, de pibe, conocí a Cortázar, Borges y Abelardo Castillo, entre otros.
–Y esa crianza dejó huellas.
–Absolutamente. Hace algunos años la Cámara Argentina del Libro me entregó el Premio Julio Cortázar, ¿sabés por qué me lo dieron? Por difundir el placer de la lectura. Fue un reconocimiento maravilloso que tiene mucho que ver con mi entusiasmo.
–¿La lectura supone un acto de resistencia?–Para mí es un refugio, cuando vuelvo a mi casa y elijo un lugar para leer un buen cuento estoy mejorando mi día. Fijate cómo llevé esa pasión a mi laburo.
–El deporte te debe haber inspirado muchas historias para contar, ¿las llevarías al papel?
–Esas historias reales son anécdotas, nunca las traspasé a la literatura porque no escribo ficción, no soy un hombre de la escritura sino de la palabra. Muchas editoriales me buscan y me preguntan cuáles son mis cuentos de fútbol, y yo leo textos de otros.
–¿Sos muy respetuoso del oficio?
–Soy respetuoso de las especialidades. Admiro mucho a los periodistas que escriben, considero que los verdaderos periodistas, en el sentido más estricto y profundo de la palabra, son los corresponsales de guerra y los escritores. Aunque no desprecio la tradición oral, prefiero lo escrito porque me parece que a las palabras se las lleva el viento.
–¿Qué opinás sobre las generaciones más jóvenes de periodistas?
–No les importa la lectura. No están formados en ese campo y a veces se les nota mucho. Lo digo con respeto, porque hay grandes comentaristas de fútbol como Fernando Pacini o Juan Pablo Varsky, que son maestros. Lo que critico de los que están en televisión es que no están preparados para expresar: la variedad microfónica que todo el mundo admira en Víctor Hugo Morales para describir una situación en un Mundial, no se logra por generación espontánea, él se quemó las pestañas leyendo. Los chicos utilizan lenguajes muy limitados para expresar las ideas.
–La literatura futbolera sería una buena puerta de entrada para ellos.
–No sólo para ellos, hay profesores de todo el país que me la piden para enganchar a los pibes. En definitiva, los cuentos de Fontanarrosa, Dolina, Soriano, Galeano o Benedetti hablan de la vida a través de instancias que se dan en el fútbol. Pero, como dice Dolina, la grandeza y la cloaca –lo peor y lo mejor del hombre– se ven en ese rectángulo.
–Cuando dijiste "Caniggia tendrá una sola oportunidad, ¿fallará o acertará?" en Argentina-Brasil de Italia 90, ¿hiciste una lectura precisa del juego o fue una expresión de deseo?
–Lo dije a los 26 minutos del segundo tiempo y el gol fue a los 36 con una asistencia genial de Maradona. Tuve la colaboración de Víctor Hugo para que la frase quedara en la memoria. Y él lo señaló en el post gol "lo dijo Alejandro Apo". En ese partido tan difícil pude ver que Claudio estaba cómodo. Y fue en ese segundo tiempo que vi lo que Bilardo después describió como un cambio de actitud. Su intervención había sido notable cuando les dijo "che, no se la den más a los de Brasil." Palabras simples en momentos difíciles.
MARADONA EL MÁS GRANDE
–¿Cómo recordás tu relación tan cercana con Maradona?
–A Diego lo acompañé durante giras enteras. Lo viví con naturalidad y alegría porque así suelo mantener los vínculos con esas personas. Nunca les pido nada especial. Con él nos enganchamos. Charlábamos durante mucho tiempo. Para mí, es el jugador más grande de la historia.
–¿Y Messi?
–Es extraordinario, como Garrincha y Pelé. Pero Maradona es único.
–¿Qué pensás de la decisión de Messi de continuar su carrera en los Estados Unidos?
–Me hubiera gustado verlo en otro lugar, es un comienzo del retiro con personas muy antidemocráticas. Imagino que se decidió por ellos buscando tranquilidad. A mí me hubiera gustado que volviera al Barcelona, por ejemplo.
–¿Por qué Lionel puede ir a un supermercado de Miami como cualquiera y Maradona no podía ir solo a ningún lado?
–No hay nada que se le parezca a Diego. Él está vinculado con el héroe que resuelve situaciones imposibles. Messi también lo hace, pero además potencia a los demás. Lo que pasó con Maradona no pudo haber ocurrido con ningún otro jugador porque en su persona se conjugaron habilidad, inteligencia, guapeza y don de mando. Cuando Maradona discutía o se peleaba por su equipo era el más amateur de todos los profesionales. Él le quería ganar siempre, aunque jugara contra los del potrero de la otra esquina. Esa era su manera de involucrarse en cuerpo y alma, pero siempre haciéndose cargo.
–¿El modelo de los clubes convertidos en empresas puede mejorar el desarrollo del deporte?
–No, al contrario; yo creo que conduce al fútbol más lindo hacia la muerte. Termina siendo eso que señalaba Bielsa cuando se preguntaba "¿cómo le explico a Messi y a Juan Román Riquelme que es un juego si es un negocio inmenso que genera ganancias por todos lados?". Por suerte, en los Mundiales la calidad, la técnica y la inventiva de los jugadores termina dando esas imágenes tan impresionantes como las que dio la Argentina en Qatar.
–¿Sos una persona temerosa?
–La verdad es que soy un miedoso valiente, sé de los riesgos que uno afronta cada día, cuando uno acumula años se va acercando a un final que cuando era pibe ni lo vislumbraba. Tengo cinco hijos y saber que estamos en una ruleta con una bolita que puede caer encima de un ser querido, me da pavura.
–¿A quién reconocés como maestro?
–A Mario Trucco, fue un segundo padre para mí. Me enseñó todo cuando mis viejos se fueron a Venezuela por la Dictadura, todo lo que yo hago en radio lo aprendí de él.
–¿Por qué no te exiliaste con tus padres?
–Porque decidí quedarme. Mi papá se fue en 1977 y los demás un poco después, en esa época hubo un quiebre grande en mi familia.
–Además de las letras y el fútbol, la política es otro de tus principales intereses.
–Sí, desde que era muy joven. Mi papá me hizo peronista porque un día cuando me recomendó que leyera todo lo que decía el antiperonismo. Así me apropié de ese pensamiento.
–Con 40 años sostenidos de democracia, ¿cómo ves el presente de la Argentina?
–Hay una situación muy difícil, pero la base es seguir pensando en el voto y afirmar la democracia. Me sorprende que ciertas personas que condujeron al país tengan chance de volver al poder, hay que aceptar que eso también es lo que piensa mucha gente por el manejo de la prensa, existe un aparato muy armado que influye en la cabeza de la gente.
–¿Cómo se puede combatir a nivel individual?
–Siendo ciudadano. Hay que analizar las conductas, ¿cómo voy a pensar que un grupo político promueve la paz si después declara que hay que eliminar al kirchnerismo? Miro mucho a los operadores que son enemigos de las causas populares, se mueven por lugares donde no hay espacio para las argumentaciones. Por eso no se enfrentan a figuras como Víctor Hugo.
–Con Víctor Hugo Morales ha compartido momentos memorables.
–Sí, y no solo dentro de una cabina de transmisión, porque fundamentalmente él es parte de mi familia. Por eso lo sigo y lo acompaño aunque a veces discutamos, no concibo el mundo sin él.