Edson Arantes do Nascimento más conocido como Pelé, quien falleció el pasado mes de diciembre, es considerado por muchos como el mejor jugador de la historia del fútbol.
Pelé fue el único jugador que ha ganando tres Copas del Mundo (1958 - 1962 - 1970).
El prestigioso diario brasileño, el Placar, presentó un artículo sobre este tema y para ellos no hay dudas quién es el mejor.
"El rey y fin de la historia: por qué Pelé es el más grande de todos los tiempos", es el título de la nota.
Pelé falleció a la edad de los 82 años. Jugó en su país con Santos y en Estados Unidos con el New York Cosmos.
Pelé, según datos del periodista y estadígrafo Rodrigo Calvo, registró 6 amistosos y 5 tantos ante equipos de Costa Rica. Tuvo 6 visitas al país: 5 como jugador (1959 –dos veces–, 1961 y 1972 –dos veces–) y 1 como Ministro de Deportes (1997).
Aquí la nota de Placar
En su momento Pelé tuvo una manera ingeniosa de esquivar las constantes preguntas que venían desde territorio argentino sobre quién es el mejor futbolista de todos los tiempos.
"Los argentinos me han comparado con Di Stéfano, luego con Sívori, Maradona y ahora Messi. Primero tienen que decidir quién es el mejor entre ellos y luego competir conmigo”.
Diego Armando Maradona, fallecido en 2020, es venerado como un dios y siempre será difícil sacarlo de la torre de marfil. Pero lo que hizo Messi en el desierto de Qatar fue un gran problema, y a la edad de 35 años bien pudo haber dejado de lado a Maradona. Con todo, hay un problema en el país vecino.
Brasil, dice la nota, estamos resueltos: es Pelé, punto. Una forma de medir la dimensión de su inigualable grandeza —además de los tres Jules Rimet y más de 1.000 goles, un genio inspirado e inspirador— es recordar la conmoción mundial que rodeó su fallecimiento, asociado al afectuoso funeral en Santos.
Comparación con Messi
Cabe señalar, ahora más que nunca, tras la conquista de Messi en el Mundial 2022, que compararlo con Pelé ya no es un crimen contra la patria, aunque es indebido.
Un recorrido por los argumentos a favor y en contra del choque entre el diez y el diez es demasiado interesante como para ignorarlo, es una discordia que vale la pena diseccionar, aunque el resultado, se reafirme con convicción, le dé la victoria a Pelé, y punto.
Pero al diario Placar siempre le ha gustado meterse con ese avispero. En mayo de 2012, el provocativo reportaje de Gian Oddi y Rodolfo Rodrigues sobre el “duelo de dioses” advertía: “Por primera vez en la historia aparece un jugador cuyos logros hacen posible una comparación con Pelé”.
La revista pronosticó que Messi podría llegar a los 762 goles de Pelé a los 37 años, la misma edad en la que el brasileño colgó las botas jugando en el New York Cosmos, de Estados Unidos, clamando "amor, amor Amor". No era una apuesta obvia, dado que el argentino estaba lejos del Rey tanto en las estadísticas como en la relevancia de sus marcas. Además, el sentido común hacía pensar que La Pulga, entonces con 25 años, estaría viviendo el esplendor de su forma, para luego experimentar un declive natural, como le sucede a todos los jugadores. Eso no es lo que pasó.
Sin ninguna lesión grave en su carrera, el atleta del Barcelona, ahora en el Inter Miami, ha desarrollado su faceta de mejor goleador y se ha mantenido siempre a un altísimo nivel. Messi anotó más de cincuenta goles en un año nueve veces. Ronaldo y Romário, a modo de comparación, solo lograron la hazaña una vez. Pelé llegó al medio centenar de balones anuales en la red en siete oportunidades. En febrero, el argentino ganó, sin sorpresas, el premio FIFA World Player of the Year por séptima vez (2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2022). Ensalzarle es llover sobre mojado, más aún tras un título mundial indiscutible, con goles en todos los partidos de eliminatorias, incluidos dos en la final ante Francia, una de las más electrizantes de todos los tiempos. Messi es puro talento y genialidad, tiene la furia de los grandes killers y la generosidad y visión de los mejores camareros; también es una figura afable. Exactamente cómo era Pelé en su época, y aquí es donde entran los puntos centrales de la discusión.
Otros tiempos
El brasileño hizo todo lo que hizo, más veces y antes que los demás. ¿El mayor pecado de Pelé? Habiendo tenido sus impresionantes hazañas poco documentadas, en una era anterior a las redes sociales, en la que la televisión estaba en su infancia.
Baste decir que los más bonitos de sus goles (los tres hat-tricks ante la Juventus en la Rua Javari, en 1959, y el gol ante el Fluminense, alineando a los goleadores, que le valió una placa en el Maracaná de 1961) no están grabados en vídeo. Aun así, solo lo eternizado en los archivos, como los goles en Copas, Libertadores y Mundiales Interclubes, sería suficiente para llevarlo a los cielos del panteón. Mientras que Messi solo alcanzó el título mundial en su quinto intento, sobre la treintena, Pelé lo hizo primero, a los 17 años, con derecho a marcar un gol en la final de 1958, acostumbrado a convertirse en marco de un museo.
Como Pelé, no lo olvidemos, hizo todo delante de los demás, se da el caso de decir que la actuación de Messi en Qatar le recordó, de hecho, a la tercera de Pelé en México: un 10 maduro, cerebral, capaz de brillar con simples toques de genialidad, sin prisas, viendo lo que otros no son capaces de ver. No por casualidad, como confirmación de esta evidencia, poco después de la muerte de Pelé, circuló un video que resuelve el enigma. El título: “Pelé lo hizo primero”. Es una compilación magistral de movimientos de estrellas actuales con movimientos prácticamente idénticos a los realizados por el Rey décadas antes. Tiene elástico, bicicleta, toque de letra, tiene de todo.
Pelé puso en lo más alto el número 10
Como bien recordó Neymar, en el homenaje póstumo al gran hincha, “antes de Pelé, el 10 era solo un número”. Posteriormente, se convirtió en sinónimo de “la estrella del equipo”. Elegir al más grande —el Chivo (acrónimo de great of all time, el más grande de todos los tiempos)— es una elección de tono subjetivo, de corazón, y en ese sentido Pelé es Pelé, y no hay nada más que decir. No basta con beber de la estadística, herramienta fundamental, pero que no siempre establece verdades y certezas absolutas. De lo contrario, vamos a ver. Un error común entre los jóvenes es medir el pasado con la regla del presente. Recientemente, un canal estadounidense causó revuelo al señalar cuáles serían las debilidades en las carreras de otros mitos: Maradona no tiene la Copa América, Ronaldo Fenômeno no levantó la Champions League, Cristiano Ronaldo no ganó el Mundial... y Pelé no jugó en Europa, como si eso fuera un demérito. Bueno, una simple encuesta bastaría para entender cuán tonto y eurocentrista es este argumento.
En los años 60 y 70 era inusual que los atletas sudamericanos se trasladaran al exterior. Además, Brasil tenía la liga más calificada del planeta y, con los ingresos obtenidos de giras en el extranjero y contratos publicitarios, Santos pudo mantener no solo a Pelé, sino a otras estrellas de la selección, como Zito y Pepe.
Mientras Neymar y el PSG de Mbappé luchan desesperadamente por conquistar su primera Champions League, el Santos de Pelé tenía como prioridad, créanlo o no, el Campeonato Paulista, cuya copa levantó el Rey en diez ocasiones. La Libertadores fue relevante, pero tras conquistar América en 1962 y 1963 y caer en semifinales en los dos años siguientes, en polémicos partidos ante Independiente y Peñarol, Santos dejó de jugar en las ediciones de 1966, 1967 y 1969, a pesar de que estaba clasificado.
Hoy son pocas las almas que vivieron y guardan recuerdos de Pelé. Dos de ellos, sin embargo, emergen como muy fuertes “abogados” del Rey, precisamente por ser argentinos. César Luis Menotti, entrenador de la Albiceleste en la conquista de la Copa de 1978, y exdelantero con breve paso por el Santos y la Juventus da Mooca, siempre apuntó al brasileño como el más grande de la historia y se mantuvo firme al despedir a su amigo. “Para mí fue el más grande, único e incomparable. Era como unir las cualidades de todas las estrellas en una sola. Además de virtudes técnicas, poseía un físico muy privilegiado. No había nadie como él”, dijo Menotti, de 84 años, con la voz quebrada en una entrevista con la televisión argentina.
Otro entrenador célebre puede tener aún más autoridad en el tema: Alfio Basile, quien enfrentó a Pelé en sus días como defensa en Racing y dirigió a Maradona y Messi en la selección. “El Negro pateaba igual de bien con la izquierda que con la derecha, regateaba para los dos lados, paraba en el aire para matar en el pecho (…)”, decía Basile, años atrás. También señaló que Pelé fue guapo y malo , en el sentido de ser engañoso e incluso malo cuando el juego lo pide.
“Pelé sabía pegar, rompía tres o cuatro. No podíamos enojarlo porque si se enojaba, nadie se detenía". Las comparaciones entre generaciones son siempre traicioneras. En Estados Unidos, el duelo de fans de LeBron James y Michael Jordan por el trono del baloncesto se pone cada vez más candente, a pesar de que la gran mayoría de los que han visto a ambos prefieren, con diferencia, al mítico número 23 de los Chicago Bulls.
En el fútbol, los defensores de Messi y Maradona argumentan que los argentinos brillaron en un contexto más exigente, con espacios reducidos, goleadores más fuertes y preparados. Por otro lado, sin embargo, es un error ignorar que Pelé jugó en malas canchas, con poca asistencia tecnológica y hasta con la regla del juego en contra (en ese momento no había tarjeta amarilla, lo que aumentaba la incidencia de patadas en el campo).
Resumen: Maradona fue brillante y no se puede olvidar. Messi es tan genial que ni siquiera parece humano. Pero Pelé solo tiene uno y será eterno.
Fuente: Diario Placar Brasil