Independiente de Avellaneda, club histórico de Argentina, atraviesa el momento más tenso de su historia moderna.
Con el agua hasta el cuello por adeudamientos con jugadores, clubes y representantes, que juntos alcanzan los 22 millones de dólares, el Rojo ha recibido una ayuda poco usual de parte del influencer Santi Maratea, especialista en recaudar fondos para diversas causas —por ejemplo, el año pasado juntó 154 millones de pesos argentinos en 36 horas para apoyar los damnificados en los incendios de Corrientes— . No hay nada que esté de más en estos momentos para Independiente: necesitan urgentemente dinero para amainar un problema que creció como bola de nieve en los últimos años.
La colecta de Maratea tiene como intención pedir dinero entre los aficionados y entre todos aquellos que se quieran sumar a la causa. Con la propuesta formalizada, el influencer acudió al Estadio Libertadores de América para brindar una conferencia de prensa en la que explicó sus planes, acompañado de Pepe Santos, histórico jugador de la institución.
“La gente de Independiente entiende perfectamente lo que está pasando, sólo falta que los organice a todos. Entiendo que algo parece imposible y que hay gente que lo descree por el contexto de país, es que la plata vaya donde tiene que ir. Pero por fuera de eso me interesa demostrar cómo en el 2023 por las nuevas tecnologías que hay nos podemos organizar millones de personas y generar un beneficio colectivo, transparente, igual para todos. Esto es un antes y un después. Es la forma de organizarse de los hinchas independientemente de la dirigencia", dijo el joven de 29 años.
Independiente tiene dos casos que son particularmente graves. El más mediático es el del futbolista paraguayo Cecilio Domínguez, que llegó procedente del América y cuyo traspaso en 2019 no ha sido saldado. El monto de esa deuda es de 5 millones 700 mil dólares. Previamente, Independiente también tenía pendiente el pago del delantero Silvio Romero, pero esa deuda quedó abonada en 2021 por un millón 600 mil dólares. América se ha quejado en la FIFA por la situación y, aunque le organismo dictó que Independiente debía pagar, el club argentino pudo fichar en el último mercado de transferencias sin ninguna restricción.
Otro caso dramático es el de Gonzalo Verón, que llegó al club en 2018 y salió un año y medio después con una queja muy clara: sólo le habían pagados tres o cuatro meses de contrato, según sus cálculos. El club lo contrademandó por estafa, pero un tribunal de Avellaneda determinó, el mes pasado, que Independiente debe pagarle 11 millones de dólares al jugador por impago y despido injustificado (la deuda original era de 500 mil dólares; el club ha dicho que apelará la decisión). Estos conflictos tuvieron lugar durante la gestión de Hugo Moyano, que salió del cargo el año pasado para ser sustituido por el conductor de televisión Fabián Doman, que a su vez renunció hace dos semanas argumentando que el entorno actual del club esté repleto de problemas (se los cargó completos a la anterior dirigencia).
Maratea ha asumido una misión de alto riesgo que, sin embargo, ha tenido respuesta rápida y, en cierto modo, favorable: 230 millones de pesos recaudados —aproximadamente 1 millón 035 mil 994 dólares. "No es ninguna novedad: Independiente tiene una deuda muy grande que supera los 20 millones de dólares. Está en un momento bastante crítico. Hicimos el cálculo que al tener 6 millones de hinchas, si 2 millones de hinchas ponen 4 mil pesos pagamos el total de la deuda. Hay mucha gente preocupada porque subió el dólar y pensando que cada hincha va a tener que poner más plata. En realidad no, vamos a tener que recurrir a más hinchas. Lo que hace dos semanas eran 2 millones de hinchas poniendo 4 mil pesos, hoy es 200 millones 200 mil hinchas poniendo 4 mil pesos. Pagamos el total de la deuda de más de 20 millones de dólares", explicó Maratea en su cuenta de Instagram.
La meta luce lejana, pero el mecanismo está ahí. Será cuestión de tiempo saber si se consigue o no —Maratea dijo que puede alcanzarse la meta en 10 o 15 días—. Independiente de Avellaneda lucha por sobrevivir amarrado al apoyo extremo de sus aficionados.